sábado, 28 de febrero de 2015

BLAS INFANTE EN CANTILLANA, DONDE NACIERON EL HIMNO Y OTROS SÍMBOLOS ANDALUCES


La vida de Blas Infante Pérez, tal como recojo en mis libros, está ligada a la comarca de la Vega Media sevillana por su estancia en Cantillana y la creación en Burguillos de un Centro Andaluz.
  Tomó posición de la plaza de notario en Cantillana en 1910. Tuvo su despacho de notaría en la actual calle Severo Ochoa, esquina con la calle de la  , y su casa en la calle Real. Viajaba constantemente a Sevilla. Su época en Cantillana es fructífera en el desarrollo de su pensamiento político, pues en 1915 publicará “El Ideal Andaluz”, y en 1918 verá la luz el himno de Andalucía, que tiene su raíz en el canto oído por él a los trabajadores del campo cantillaneros y de otros pueblos mientras segaban. Era el “Santo Dios”. 
  El mismo Blas Infante nos lo dice en “El Ideal Andaluz”:
 “Este magnífico himno se canta en algunos pueblos andaluces por los segadores a la salida y la puesta del sol. Lo emplean en Cantillana los segadores, en cuyo campo hube de anotarlo yo. En crepúsculos inolvidables, yo oía cantar elSanto Diosen el tono prescrito de do mayor, modulando al tono de la dominante, es decir Sol mayor, tono campestre entre los griegos.
  Y de esta forma reflejaba la realidad de los jornaleros, cuando escribe:
  “Yo tengo clavada en la conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales; he presenciado cómo son repartidos entre los vecinos acomodados, para que éstos les otorguen una limosna de trabajo, tan sólo por fueros de caridad; los he contemplado en los cortijos, desarrollando una vida que se confunde con la de las bestias; les he visto dormir hacinados en sus sucias gañanías; comer el negro pan de los esclavos, esponjando en el gazpacho mal oliente, y servido, como a manadas de ciervos en el dornillo común; trabajar de sol a sol, empapados por la lluvia en el invierno, caldeados en la siega por los ardores de la canícula; y he sentido indignación al ver que sus mujeres se deforman consumidas por la miseria en las rudas faenas del campo; al contemplar cómo sus hijos perecen faltos de higiene y de pan; cómo sus inteligencias se pierden atrofiadas por la virtud de una bárbara pedagogía, que tiene un templo digno en escuelas como cuadras; o permaneciendo totalmente incultas, requerida toda la actividad, desde la más tierna niñez, por el cuidado de la propia subsistencia, al conocer todas, absolutamente todas, las estrecheces y miserias de sus hogares desolados." Con esas palabras describía la realidad andaluza: la realidad de los trabajadores del campo de esta comarca y de Cantillana, en concreto.
Otras actividades, durante su estancia en Cantillana, fueron: su participación, en 1913, en el Ateneo de Sevilla; intervención activa en el Congreso Internacional Georgista en Ronda (Málaga); la fundación los Centros Andaluces en 1916, y en 1918, la celebración de la Asamblea Andalucista de Ronda, que asume las líneas maestras de la Constitución Federal de Antequera y se adoptan acuerdos sobre el himno, la bandera y el escudo de Andalucía. 
Sólo en Burguillos logró que se creara un Centro Andaluz, que fue legalizado en 1918, aunque en 1923 todos fueron cerrados por el dictador Primo de Rivera.
  En febrero de 1919 se casa con Angustias García Parias y se traslada a Sevilla, aunque seguirá vinculado a Cantillan, manteniendo la casa donde tenía la notaría.
  No tuvo suerte en política ni en Cantillana, ni en toda la comarca. El caciquismo estaba aún vigente, aunque con síntomas de crisis. En las elecciones de 1919, Blas Infante no obtiene ni un solo voto en Cantillana, y algo parecido le ocurrirá en 1931, con la libertad recién conquistada, lo cual me lleva a pensar que su contacto con los habitantes del pueblo fue el mínimo imprescindible de sus tareas notariales. Su actividad estuvo fuera del municipio, y aunque gran observador de la realidad y de la vida de los obreros del campo, se mantuvo distante, sin llegar a involucrarse en la vida del pueblo. En Burguillos, su candidatura obtuvo 95 votos en las elecciones de 1919 y en Alcalá del Río 27, quizás por cercanía, pues en otros pueblos de la comarca apenas consiguió algunos votos aislados.

  Esto no significa que no fuese querido por el pueblo de Cantillana. De hecho, durante la II República, el Ayuntamiento, de mayoría socialista, mantuvo con él una amplia y estrecha relación profesional: lo nombró abogado del Ayuntamiento en el pleito con la Empresa de Aguas de Cantillana y otros pleitos. Participó en el envío de documentos y en reuniones con el Alcalde, José Pueyo Solís, y algunos concejales para resolver los diversos contenciosos que le asignaron y para otros asesoramientos jurídicos.

Más información en mis libros: CANTILLANA II REPÚBLICA. LA ESPERANZA ROTA (2006), pp. 30-33, y DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA (2014), p. 53.

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