domingo, 29 de marzo de 2015

LA LUCHA CLANDESTINA CONTRA LA DICTADURA FRANQUISTA COMENZÓ PRONTO (II)



La actividad antifranquista en los años cuarenta fue dura, difícil y peligrosa, pues el aparato represivo de la dictadura estaba a pleno rendimiento.
Entre 1940 y 1951 se produjeron 27 redadas en Sevilla y algunos pueblos de la provincia, de las que en 17 detuvieron a comunistas; en 10 a cenetistas, y en 9 a socialistas (la suma es mayor que el total, porque en algunas redadas detuvieron a miembros de las tres organizaciones o de dos de ellas). En ellas no están contadas las redadas o batidas contra los guerrilleros antifascistas en las sierras o las detenciones de vecinos de la Vega Media acusados de colaboración con ellos.  
Uno tras otros los comités formados (provinciales o regionales) de las distintas organizaciones fueron cayendo en continúas redadas, hasta tal punto que el PSOE y la CNT, con sus estructuras organizativas totalmente desmanteladas a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, dieron la batalla por perdida, aunque mantuvieron una mínima organización, como es el caso de los socialistas sevillanos, desvinculados durante años de su dirección en el exterior. En cambio, el PCE, con tenacidad, continuará la acción clandestina en el interior de España después de la experiencia unitaria de la ANFD, introduciendo propaganda (Mundo Obrero, Nuestra Bandera...) para mantener viva y activa la lucha antifranquista, así como dirigentes, de vez en cuando, llegados de Francia o de Argelia, a pesar de las continuas desarticulaciones con detenciones, cárcel y ejecuciones, para organizar o reorganizar el partido una y otra vez.
  En ese contexto se produce la organización del antifranquismo en la comarca de la Vega Media del Guadalquivir:
  Continuación del resumen sobre dicha organización o reorganización de oposición al franquismo:
En San José de la Rinconada, el Barrio, existe clara evidencia de actividad política organizada a mediados de los años cuarenta. Uno de sus protagonistas fue Manuel Barragán Vera, natural de Berlanga (Badajoz), del que ya he hablado . Otros militantes comunistas que organizaron el antifranquismo fueron: Manuel Luque García, malagueño, Juan Moreno Pérez, Fernando Ramírez García, Juan Bernal Vigal, también malagueño, y Manuel González Torres, de Benacazón (Sevilla).
Otro comunista que que volvió tras años de cárcel fue Antonio Galván Pariente, nacido en El Saucejo en 1910, y que en 1936 era vecino de la Barriada de San José. Fue entonces secretario local del PCE. colaboró con algunos socialistas en una actividad arriesgada, muy secreta: la confección de salvocunductos para aquellos que lo necesitaban y para los maquis perseguidos.
También hubo socialistas que intentaron organizarse, aunque tuvieron que pasar bastantes años para que existiera una agrupación socialista como tal. Emilio Cárdenas, se reunía, con frecuencia, con Luis y Benjamín Durán Marín, de Fuenteheridos-Huelva. Emilio fue detenido y no se supo más de él. Otros viejos socialistas fueron: Cristobal García Cano; Montoro, el Alemán; Juan Anaya Cantero, de El Burgo (Málaga), que en 1947 volvió a la cárcel sevillana, durante un año, por dar cobijo a su hermano (miembro de la guerrilla antifascista) huido desde la Sierra Sur sevillana; Felipe Polo Redondo, que al pueblo después de estar en diversas cárceles, y Antonio Gallardo Eslava, de Los Corrales, que llegó a estas tierras en 1944, después de haber estado en prisión veintidós meses.
En Tocina, Manuel Gómez Sierra fue el hombre capaz de aglutinar a otros en la lucha antifranquista, pertenecía a la CNT. Nacido en Benalúa de Guadix (Granada), comenzaría a actuar de forma organizada a partir de la creación de la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas, en 1944, que agrupaba a PSOE, UGT, CNT-Movimiento Libertario y los partidos republicanos (IR, UR, ERC y PRF), a la que en 1946 se unió el PCE. Con Manuel actuaron clandestinamente Baldomero Escorial Menayo, natural de Don Alvaro-Badajoz, después de estar preso en Sevilla tres años, y José García (socialista). Sus reuniones y contactos, con comunistas y socialistas, abarcaban una amplia zona: Tocina, Alcolea, Carmona, la Barriada de San José (La Rinconada) y Brenes. Participaron en las reuniones comarcales y provinciales de ese organismo unitario antifranquista. 
En Los Rosales, en 1945, hubo cierta actividad clandestina, que tenía como punto de encuentro el bar “Seis doble”, donde se reunían personas “con antecedentes marxistas”. Según un informe de la Guardia Civil, “hacen manifestaciones contra el Glorioso Movimiento Nacional, aprovechando las partidas de dominó...”
En Villaverde del Río, Baldomero y Manuel González Rodríguez, hijos de Baldomero González Parrilla, el Alcalde socialista asesinado en agosto de 1936, intentaron la reorganización del PSOE en los años cuarenta, pero las muchas redadas de esos años en Sevilla hicieron que desistieran en el empeño. Manuel González repartía con su bicicleta El Socialista por los pueblos de alrededor. Con ellos lo intentaron:, entre otros, Cándido González Fernández, Antonio y José García Chaparro y Manuel y Pablo Rivera González (hijos de solcialista asesinado).
El antifranquismo comunista está representado en los años cuarenta Manuel Hernández Trigo, que recibía el Mundo Obrero desde Brenes o iba a casa de Manuel Algaba a recogerlo. Se supone, aunque no tengamos datos, que era repartido entre otros comunistas villaverderos o simpatizantes. La reorganización definitiva del PCE se producirá en los años cincuenta con la llegada a Villaverde del Río de Antonio Álvare Cabeza y Juan Basilio Camacho Castillo, a los que se unieron, entre otros, José Miguel Ruiz y Bartolomé Reyes Rodríguez.

 Para una información más completa, véase DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA.Antifranquismo y lucha obrera en la Vega Media del Guadalquivir, pp. 13, 17, 169-187.

sábado, 28 de marzo de 2015

LA LUCHA CLANDESTINA CONTRA LA DICTADURA FRANQUISTA COMENZÓ PRONTO (I)


Ya en las cárceles de Franco, muchos presos políticos continuaron organizados en sus respectivas organizaciones políticas o sindicales, realizando, entre otras, tareas de resistencia, de apoyo mutuo y de información y propaganda, con carácter clandestino. Todo ello para para superar las adversidades y mantener la moral frente a la brutalidad de la dictadura.
  Algunos, cuando salieron en libertad condicional, se dedicaron a reunirse con otros en sus pueblos, creando los primeros núcleos antifranquistas, de carácter comunista. Como digo en mi libro: “Volvían a reunirse, aunque -eso sí- en total clandestinidad... (pues) aunque el miedo, producido por la brutal y despiadada represión en todas sus formas posibles, helaba las entrañas y congelaba las ideas, siembre hubo hombres que supieron vencerlo, se sobrepusieron y convivieron con él y no dejaron que los paralizara”. Era el renacer de la esperanza obrera, aunque tuviese un carácter muy minoritario, que poco a poco irán creciendo y extendiéndose, a pesar de la clandestinidad, la represión y la vigilancia de la Guardia Civil y autoridades locales. Esos hombres y mujeres, que formaron la vieja generación (se incorporaron a la lucha antifranquista en los años cuarenta y cincuenta), tienen en el libro su microbiografía, un pequeño relato sobre su vida y su actividad clandestina.
Vega Media del Guadalquivir, de La Algaba a Tocina
En Alcalá del Río comienza a organizarse la lucha antifranquista, aunque muy tímidamente, con la llegada a la localidad de Isidoro Alonso Vázquez (natural de Almadén de la Plata) a mediados de los años cuarenta, y de Cayetano Roca Mirete en 1948, procedente de Almoradí (Alicante), su pueblo natal, al conseguir la libertad condicional con destierro. Ambos conocieron a Francisco Ruiz López, que era natural de Utrera, aunque vecino de Alcalá del Río desde antes de la guerra, y en libertad condicional desde 1943. Los tres formaron la primera organización comunista de la posguerra de Alcalá del Río.
En Brenes, fue Manuel Algaba Alfonseca quien comenzó a aglutinar a otros breneros dispuestos a la lucha contra el franquismo, integrados en el PCE. Manuel había nacido en julio de 1914 en Lepe, aunque era vecino de Brenes desde 1932. Fue condenado a un total de 15 años. En 1943, con 29 años de edad, obtuvo la libertad condicional, después de pasar por las prisiones de tres provincias (León, Cádiz y Sevilla). Con Manuel Algaba colaboró en la lucha antifranquista Antonio Márquez Navarro, que había pertenecido a la CNT durante la II República y que estuvo en las cárceles de Sevilla, Ceuta y Toledo; Manuel Gálvez Millán, último Alcalde republicano de Brenes, que fue condenado a muerte, pero le conmutaron la pena por reclusión perpetua (30 años); José Algaba Oliver, hermano de Juan Algaba Oliver, que fue presidente de Izquierda Republicana en 1935 y concejal en 1936; Antonio Martínez Marcos, natural de Peñarrubia (Málaga), Francisco Noa Márquez, Emilio y Ramón Algaba Alfonseca, Manuel Medina Rivera, ferroviario (afiliado a CNT en los tiempos republicanos), y José Gaona Sánchez.
En Cantillana la actividad política contraria al régimen dictatorial de Franco comenzará a organizarse gracias al trabajo del cantillanero Manuel Ortiz Sánchez, sargento de la Guardia de Asalto (47ª Compañía) durante la República, con destino en Barcelona. Al terminar la guerra fue detenido y juzgado en Consejo de Guerra en mayo de 1941, siendo condenado a la pena de reclusión perpetua. Tras pasar por diversas cárceles de varias provincias (Barcelona, Albacete, Cádiz, Huesca y Sevilla), terminó en las obras del Canal de los Presos. Cuando en 1944 le concedieron la libertad condicional, volvió a Cantillana con su familia. Pronto comienza a reunirse con otros cantillaneros que habían estado en la cárcel sevillana, formando el primer núcleo comunista de la posguerra en Cantillana, compuesto por Manuel Ortiz, Manuel y Julián Esteban Reina, Pablo Rodríguez Burgos, Miguel Rodríguez Reina, Lorenzo Lozano Espinosa, Manuel Rodríguez Machuca, Manuel Castaño y El Calero. Posteriormente se incorporará al grupo José Marroco Carrero, que estuvo en la prisión de Alcalá de Henares.
En el término de Cantillana, en torno a El Cerrao de Miura, va a surgir otro núcleo del PCE, al establecerse allí, hacia 1947, Rafael Hernández Jiménez, conocido por José Hernández, que había nacido en Tabernas (Almería). Después de la guerra había sido condenado a 15 años de reclusión.
En La Algaba no hay indicios claros de actividad clandestina en los años cuarenta, pero cabe destacar a Juan Antonio Carbonell Tristán, militante de la CNT, que fue detenido el 16 de abril de 1948, por la Guardia Civil, junto con Juan Domínguez Herrera, de 39 años, y Manuel García Domínguez, de 35 años, ambos trabajadores del campo y habían pertenecido a la CNT. Los tres fueron vilmente torturados y puestos en libertad a los tres meses de la detención. El motivo de las detenciones fue una supuesta tirada de propaganda (octavillas firmadas por el PCE) en La Algaba el 14 de abril de 1948. Juan Antonio sufría -con esta- la tercera detención en los años cuarenta. 

Continuará...

Para una información más completa, véase DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA.Antifranquismo y lucha obrera en la Vega Media del Guadalquivir, pp. 13, 17, 169-187.
 

miércoles, 25 de marzo de 2015

ALCALDES Y CONCEJALES DE LA VEGA MEDIA DE SEVILLA VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN MILITAR FRANQUISTA

La conquista del poder local por parte de los militares sublevados contra la II República, llevó consigo la represión desmedida contra alcaldes y concejales de esta comarca.

1. Alcaldes democráticos que sufrieron la represión militar franquista:
-Alcaldes asesinados en 1936:
  Manuel Brenes Macedo, el 28 de diciembre en Sevilla; 37 años, obrero agrícola casado, Izquierda Republicana (IR), Alcalde accidental de Burguillos desde 12 de mayo al 13 de julio,
  José Pueyo Solís, el 5 de agosto en Sevilla; 35 años, obrero agrícola, soltero, PSOE, Alcalde de Cantillana,
Ayto. de Burguillos
  Manuel Naranjo Alonso, el 7 de octubre en San José de la Rinconada; 37 años, labrador, casado, Unión Republicana (UR), Alcalde de Tocina hasta mayo de 1936,
  Baldomero González Parrilla, el 22 de agosto en Alcalá del Río; 50 años, industrial, casado, PSOE, Alcalde de Villaverde del Río.
-Alcaldes que padecieron años de cárcel a partir de 1939, al finalizar la guerra, y que en algunos casos trabajaran como esclavos:
  Pedro Brenes Cantón, 56 años, casado, obrero agrícola, IR, Alcalde de Burguillos en 1931, falleció en la Colonia Penitenciaria del Dueso (Cantabria) en enero de 1942,
Ayto. de Alcalá del Río


Pedro Clavijo Cabrera, 33 años, albañil, soltero, PSOE y Alcalde de La Algaba en 1932-34 y 1936, condenado a reclusión perpetua, conmutada por 20 años, enviado el 28 de junio de 1942 a Colonia Penitenciaria Militarizada (CPM) de Talavera de la Reina, en libertad condicional desde julio de 1944, indultado en 1946;
  José Delgado González, 42 años, cosario, presidente del PSOE local y Alcalde de Alcalá del Río en 1936, condenado a 15 años, pasó de la Prisión de Baza (Granada) a la de Sevilla, en libertad condicional desde mayo de 1943, aunque desterrado hasta 1948.
  Antonio Falcón Ariza, 50 años, industrial, casado, UR, Alcalde de La Rinconada en 1936, estuvo los tres años de Guerra Civil escondido en su casa; se presentó en el Cuartel el 13 de abril de 1939 y lo dejaron marchar, pero fue denunciado junto a otros rinconeros y absuelto, pero enviado a Batallón de Trabajo en Almoraima (Cádiz) el 9 de marzo de 1940.
  Manuel Gálvez Millán, 38 años, industrial, Partido Sindicalista/PCE, Alcalde de Brenes de marzo a julio de 1936, condenado a muerte, conmutada por reclusión perpetua, trabajó en Canal del Bajo Guadalquivir (Canal de los Presos), en libertad vigilada hasta 1950. 
Ayto. de Villaverde del Río
 
  Antonio Pérez Mayo, 37 años, campo, casado, IR, Alcalde de Burguillos del 13 al 26 de julio de 1936, absuelto en agosto de 1939, pero puesto en libertad en febrero de 1940. Sus dos hermanos, Juan y Florencio, estuvieron detenidos en el buque Cabo Carvoeiro, el barco-carcel de Sevilla.
  Manuel Romero Martín, 33 años, campo, soltero, Alcalde de Tocina desde mayo a julio de 1936, PCE, condenado a reclusión perpetua, en libertad condicional desde febrero de 1946 con destierro, que cumplió en San Jerónimo (Sevilla). Fue sometido nuevamente a Consejo de Guerra por la causa 517/36, siendo absuelto. 
2. Concejales encarcelados y sometidos a Consejos de Guerra:

   Antonio Tirado Santana, Antonio 34 años, tabernero, casado, JJSS-UGT y concejal de Cantillana, condenado a reclusión perpetua, conmutada por 12 años, en la Prisión P. de Valencia, enviado el 28 de julio de 1943 a CPM de Dos Hermanas (Canal de los Presos), en libertad condicional desde agosto de 1943.1
   Manuel Rodríguez Barrios, 40 años, zapatero, soltero, UR, concejal de Tocina en 1931-34 y en 1936, absuelto, en libertad desde octubre de 1939. 
Ayto. de Tocina
  Manuel Quevedo Cisneros, Manuel, 42 años, obrero agrícola, casado, PSOE-UGT y concejal de Cantillana, condenado a 6 años, en libertad condicional desde mayo de 1943, indultado en diciembre de 194
  Manuel Fernández Gómez, Manuel, 49 años, vendedor ambulante, casado, CNT, concejal de La Rinconada en 1936, condenado a 20 años, conmutada por 12 años, en libertad condicional desde febrero de 1942.
  Juan Algaba Oliver, 32 años, ferroviario, soltero, IR, concejal de Brenes en 1936, condenado a reclusión perpetua, conmutada por 12 años, en libertad condicional desde octubre de 1943. Después militaría en el PCE en clandestinidad.
Ayto. de La Algaba
1. Antonio Tirado Santana había sido condenado a muerte, pues lo acusaron de haber matado al cura de Cantillana. Su mujer tuvo que ir a Valencia, donde estaba preso, con una carta del cura, D. Jerónimo Ramos, en la que manifestaba que estaba vivo y que no había recibido malos tratos de Antonio Tirado, ni de nadie. Entonces le conmutaron la pena por reclusión perpetua.
Mas información en DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA.

lunes, 23 de marzo de 2015

RECUPERARON EL PODER Y RECIBIERON EL CIENTO POR UNO AQUÍ, EN LA TIERRA...


La alianza de los terratenientes con los miliares, bendecida por la Iglesia Católica, dio frutos visibles rápidamente. Los militares sublevados, con Queipo de Llano al frente, hicieron y deshicieron a favor de los grandes terratenientes desde el principio:
-Fueron el brazo ejecutor que llevó a cabo la brutal represión (limpieza política de clase) contra todas las personas que, de una forma o de otra, habían tenido algo que ver con el Frente Popular, la gran coalición de centro-izquierda, que ganó las elecciones de febrero de 1936, y que pertenecían, en su mayoría, al PSOE, PCE, IR, UR, UGT o CNT. Esa represión, ejercida tras la toma o conquista de cada pueblo, provocó la muerte violenta (asesinato) de 382 personas en la Vega Media del Guadalquivir, de los municipios de Alcalá del Río, La Algaba, Brenes, Burguillos, Cantillana, La Rinconada, Tocina y Villaverde del Río, a los que le aplicaron el Bando de Guerra dictado por Queipo en los primeros meses, desde julio de 1966 a marzo de 1937. La mayoría eran trabajadores del campo, aunque también, maestros, pequeños agricultores, comerciantes e industriales y un médico. El objetivo era eliminar, consciente y deliberadamente, a todos los que podían ejercer u organizar la oposición. Después, en la posguerra y durante toda la dictadura de Franco hubo otras 35 víctimas de su violencia represiva. Además, en la posguerra más de 300 trabajadores del campo de esta comarca fueron encarcelados y condenados a años de prisión. Muchos de ellos fueron obligados a trabajar en obras hidráulicas que beneficiarían a los agricultores de la Vega y de toda Sevilla: Canal del Bajo Guadalquivir o Canal de los Presos y Canal del Viar, el primero en la margen izquierda del río y el segundo en la margen derecha.
Trabajando de sol a sol sin posibilidad de defenderse, ni reivincar...
-Prohibieron los partidos y sindicales libres, impidiendo toda acción colectiva para defender y mejorar la condiciones de trabajo. Es más, suprimieron todos los avances laborales pactados y toda legislación social republicana, que habían dignificado el trabajo y la vida de los obreros andaluces del campo. De hecho, los terratenientes afectados por Reforma Agraria de la II República, que en Sevilla no eran muchos, ocuparon sus tierras sin ninguna legalidad que los avalara, al compás de la “reconquista” de los municipios, y lo que quedaba por recuperar, a partir de 1938, lo hizo el Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra (SNREST) o Servicio de Recuperación Agrícola, como se llamó después. Muchos arrendatarios fueron expulsados de las fincas y perdieron todas sus pertenencias, incluido el ganado y las cosechas.
-Tomaron por la fuerza de las armas el poder local, Ayuntamientos e instituciones, que habían garantizado los derechos de los ciudadanos y ciudadanas y las conquistas de los trabajadores: el Jurado Mixto, la Comisión de Colocación Obrera, la Comisión de laboreo forzoso y otras, en las que habían participado de forma paritaria obreros y patronos agrícolas. Nada de obligar a nada a los grandes... y, entre otras cosas, volvieron a contratar individualmente cada día en las plazas, en los lugares tradicionales de cada pueblo, y sin rechistar. Reaparece el clientelismo y el amiguismo.

Un dibujo del sevillano Helios GÓMEZ RODRÍGUEZ
-Permitieron una salvaje sobreexplotación en el campo que afecto a todos, sin excepción. Los trabajadores del campo sufrieron una regresión, en todos los aspectos, a las condiciones anteriores a la República, mantenimiento sine die de unas deplorables condiciones de vida y trabajo, que junto a las grandes obras hidráulicas, pusieron las bases de la reforma agraria franquista”. En mayo de 1937 el Tribunal Provincial de Trabajo de Sevilla dictó un “Reglamento para los trabajos agrícolas en la provincia”, que en la practica significaba imponer salarios inferiores a los pactados durante la República y una jornada de “ocho horas efectivas”, así como la autorización del trabajo a destajo, que fue la opción mayoritaria. Este Reglamento y los dictados en 1938 para las demás provincias ya conquistadas, abrieron el camino para la marginación, el boicot y los chantajes de los propietarios sobre los jornaleros (Teresa Mª Ortega, 2007), que fue peor para mujeres niños. Por ello, en 1939 se generalizaron los salarios de 1936 y, a partir de ese año, los incrementos salariales fueron siempre inferiores a los experimentados por el IPC en los veinte años siguientes de la larga posguerra española, de tal forma que fue en 1959 cuando los salarios agrícolas tuvieron el mismo poder de compra que los percibidos en 1935 y 1936.
Con todo lo anterior, quedó abierto un largo periodo de sobreexplotación y desprotección obrera, que generó una vertiginosa acumulación de capital por parte de los medianos y grandes terratenientes, que  hicieron grandes a los bancos españoles.
-Controlaron lo que tenían que comer mediante el sistema del racionamiento de los productos básicos. Fue instaurado por Franco y desarrollado por Luis Alarcón de la Lastra (Ministro de Comercio e Industria), terrateniente sevillano en 1939. Estuvo en vigor 12 años, hasta 1952. Fue consecuencia directa de la guerra y de la desastrosa política económica de la dictadura, la autarquía: la quimérica idea de que la economía española tenía los recursos necesarios de producción y que podía autoabastecerse sin tener que depender de otros países para satisfacer todas las necesidades sociales. Nunca lo logró, sino que provocó un descomunal aumento de los precios y un mayor enriquecimiento de los grandes propietarios, que vendía sus productos en el mercado negro, el estraperlo. 

Nota aclaratoria: La conquista de los pueblos por los militares sublevados contra el orden constitucional y democrático la llevaron a cabo al más puro estilo colonial, tal como los generales españoles africanistas habían hecho en el norte de África, en Marruecos, durante los años anteriores del siglo XX, usando todos los métodos violentos posibles.

Mas información en DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA, pp. 25-26, pp. 105-124 y pp. 141-15.