lunes, 2 de marzo de 2015

VENDER O RECOGER DINERO PARA LA PRENSA OBRERA CLANDESTINA PODÍA SALIR CARO


No sólo de pan vive el hombre... y, por eso, desde los años cuarenta, la otra herramienta de información y propaganda, junto a la Pirenaica, y durante la clandestinidad impuesta por el régimen franquista, era un periódico: el Mundo Obrero, órgano de expresión del PCE, el partido, tal como era conocido en los ambientes antifranquistas. El Mundo Obrero llegaba regularmente a las manos de los militantes y simpatizantes. Lo recogían y repartían, siguiendo las pautas de la clandestinidad, y siempre con mucha prudencia y discreción en todo momento para no implicar a nadie, ni dejar rastro.
   En las propias cárceles comenzó a ser confeccionado y distribuido: escribían a mano ejemplares para repartirlos y sacarlos a la calle. Terminada la II Guerra Mundial, Mundo Obrero será editado: primero en Marruecos, y más tarde en Toulouse (Francia). Después era distribuido en España. Todo el proceso, en un caso u otro, tenía que estar perfectamente organizado, sin que pudiese fallar ningún elemento. Era algo verdaderamente heroico, puesto que un fallo en la cadena podía traer nefastas consecuencias, podía salir caro, al traducirse en años de prisión La dictadura de Franco no perdonaba ningún error...
                              Logotipo del pero periódico hecho a mano en la prisión de Sevilla
    Eso fue lo que le pasó Manuel Barragán Vera. Se había establecido en San José de la Rinconada cuando le dieron en Badajoz la libertad condicional con destierro. Era Maestro Nacional y natural de Berlanga (Badajoz). Además de ser desterrado, había perdido la escuela: había sido separado para siempre del servicio, había perdido su plaza. Aquí tuvo que trabajar como jornalero y continuó vinculado al recién reorganizado PCE de la localidad, realizando, junto a otros comunistas, tareas políticas clandestinas. Pero el 2 de agosto de 1946 fue detenido por haber vendido un boleto de ayuda a Mundo Obrero por una peseta. También fue detenido José López Ríos, el comprador del boleto. Los hechos ocurrieron en la Vereda de Chapatales. Ingresó en la Prisión Provincial (La Ranilla) en 24 de agosto. Obtuvo prisión atenuada el 28 de marzo de 1947. No obstante, volvió a prisión el 20 de abril de 1948, siendo juzgado en Consejo de Guerra el 3 de septiembre de 1949 y condenado a 5 años de cárcel por propaganda ilegal comunista. Tenía entonces 42 años. José López fue condenado a 2 años y 5 meses de prisión. Manuel Barragán, el Manco, consiguió la libertad condicional en marzo de 1952. 
(Para más información sobre la clandestinidad, Mundo Obrero y la reorganización política en los pueblos, véase: DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA, pp. 172, 174 y 182)

No hay comentarios:

Publicar un comentario