domingo, 5 de abril de 2015

NO SE QUEDÓ ATRAS EL MUNDO RURAL EN LA LUCHA CLANDESTINIDA POR LAS LIBERTADES Y POR LA JUSTICIA


La lucha clandestina por las libertades democráticas durante el franquismo, de la que he presentado en la entrada anterior un resumen, no se circunscribió sólo a las grandes ciudades, como se ha podido comprobar, sino que estuvo presente en el mundo rural. Este protagonismo olvidado de los trabajadores del campo, eventuales (jornaleros) en su mayoría, es reivindicado y ampliamente documentado con muchos detalles y nombres y apellidos en mi libro DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA. Antifranquismo y lucha obrera en la Vega Media del Guadalquivir (1939-1976), editado por Círculo Rojo.

  Considero una inmensa laguna el olvido del mundo rural de la lucha contra la dictadura, el de unos hombres y unas mujeres, "que se hicieron cultos con su compromiso político por la democracia, que leyeron, estudiaron, aprendieron a debatir, a dialogar y actuar con equilibrio y moderación".

  El conocimiento de la comarca sevillana de la Vega Media del Guadalquivir, también conocida como la del Canal de los Presos —obra hidráulica de 150 kilómetros realizada por presos políticos con trabajos forzados—, que es mi comarca, me ha ayudado a enfocar a ras de tierra la evolución de la oposición a la dictadura, década a década y pueblo por pueblo, desde el fin de la Guerra Civil hasta 1976 tras la muerte de Franco. Cuatro años de intenso trabajo con más de doscientas entrevistas y numerosas consultas a archivos han dado como resultado un retrato pormenorizado de la dura vida de los jornaleros y jornaleras de los pueblos de esta comarca sevillana.
Villaverderos y villaverderas cogiendo algodón
   Los obreros del campo de esta tierra de latifundistas (activos cola- boradores de los golpistas), que ha- bían estado organizados en partidos y sindicatos, pagaron un alto tributo de muerte y cárcel en la represión franquista, cuyo balance es más de 400 muertos a partir de 1936 y 313 presos políticos en los años de la posguerra, en su mayoría trabajadores del campo, sin que esas cifras incluyan las incontables detenciones y penas de cárcel durante toda de la dictadura. Los últimos presos políticos de esta comarca salieron de la cárcel quince días después de la muerte de Franco. Fue precisamente la cárcel el germen de donde surgió el movimiento de oposición al nuevo régimen, de donde salieron ideológicamente reforzados y comprometidos aquellos que se sobrepusieron al miedo en los años 40, a quienes hay que reconocer su valentía y su dignidad.
  Muchos de aquellos luchadores empezaron en los años 40 y terminaron en los 80 su vida política.  Hicieron la travesía completa, desde la noche más oscura del franquismo hasta la conquista definitiva de la libertad y la democracia, con gran altura y honradez y una vida marcada por la lucha pacífica y clandestina. Fue el Partido Comunista de España (PCE), convertido en el partido del antifranquismo, el único partido que los acompañó en la lucha contra la dictadura, encauzando su rebeldía, surgida por las nefastas condiciones de vida y trabajo, y ayudándoles a adquirir una fuerte conciencia política que les mantuvo activos en la acción. Mundo Obrero fue el periódico y la Pirenaica, la emisora, de todos los militantes antifranquistas.


Es nuestra obligación reconocer y homenajear su valentía y su dignidad
SON PARA TODOS UN EJEMPLO

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