El
Canal del Bajo Guadalquivir
o Canal de los Presos
nace en la presa de Peñaflor, en el río Guadalquivir. Recorre 158
kilómetros en la margen izquierda del río Guadalquivir antes de
morir en el caño de Trebujena, por el sur o suroeste de la comarca
de la Vega Media. Sus primeros cincuenta kilómetros, desde Peñaflor
hasta el término municipal de La Rinconada, sigue el trazado del
Canal del Valle Inferior del Guadalquivir (canal chico o canal
general, como es conocido), que fue construido entre 1910 y 1930,
circulando a la izquierda de este, en paralelo a él. Es en el
municipio rinconero cuando se separan gradualmente para no volverse a
juntar. Se construyó entre 1940 y 1968, con la exclusiva
financiación de las obras por parte del Estado para beneficio de los
terratenientes y aprovechando el trabajo esclavo de cientos de presos
políticos, de ellos 40 eran vecinos de los pueblos de esta comarca.
De ahí el nombre popular de Canal de los Presos. Actualmente
80.000 ha. se benefician del agua que les proporciona este canal,
aunque muy pocas pertenecen a la Vega Media.
Fue
construido en tres tramos: el
primer tramo de 28 kilómetros; el
segundo tramo, el central, con una longitud de 82 kilómetros;
y el tramo final, ya lejos de la
Vega sevillana, que tiene
48 kilómetros de longitud.
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Canal del Bajo Guadalquivir o Canal de los Presos |
A
la comarca de la Vega Media le corresponden los primeros 25 km del
tramo segundo del canal, desde Los Rosales a La Rinconada. Atraviesa
tierras de los términos municipales de Villanueva del Río y Minas y
de Carmona a sólo uno o dos kilómetros al sur de los términos de
Tocina, Cantillana y Brenes. Después entra en el municipio de La
Rinconada, antes de continuar hacia el de Sevilla.
Esta
parte del canal es la más
cercana a la Vega Media y en él se hicieron importantes obras
de fábrica del canal: acueductos para salvar los arroyos Las
Culebras y el Bodegón de las Cañas, cercanos a Brenes; sifones
para cruzar algunas acequias; y el
acueducto del arroyo Almonazar,
en el término de La Rinconada, que fue el de mayor envergadura.
Las
obras fueron realizadas por presos políticos para redimir penas
(un día de trabajo equivalía a tres de cárcel), organizados
por el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas (SCPM) que
tenían su base en los campos de concentración o CPM de Dos Hermanas
(primero en La Corchuela y después en Los Merinales o en El Arenoso,
próximo a Los Palacios)1,
desde donde eran desplazados a los lugares de las obras o “vivían”
en campos o depósitos temporales en los lugares de trabajo. También
trabajaron en su construcción libertos o expresos (presos en
libertad condicional) que no tenían otro lugar para trabajar o que
de esa forma acortaban en tiempo de condena, y obreros contratados.
La
construcción de los citados 25 km entre Los Rosales y La Rinconada
comenzó en 1947, cuando ya estaba en marcha la construcción
del acueducto sobre el arroyo Almonazar, cuyas obras habían
comenzado en 1946, tras la visita en febrero de ese año (ya
mencionada) del Ministro de Obras Públicas, Sr. Fernández Ladreda.2
Según
el testimonio de José Jiménez3,
testigo presencial del inicio de las obras cuando tenía trece años,
las máquinas excavadoras de pluma grande abrieron el canal en bruto.
Los presos políticos, que llegaron en camiones GMC “tipo guerra”4
de la CPM de Dos Hermanas (campo de concentración de Los
Merinales),
y que junto a los libertos hacieron los taludes y los puentes
y perfilaban el interior del canal. También trabajaron muchos
arrieros para transportar tierra de un lugar a otro. A veces el
trabajo era continuo, sin parar, las 24 horas del día, con relevos
de trabajadores, tras jornadas agotadoras. Los accidentes eran
frecuentes y no existían indemnizaciones, tal como le ocurrió a uno
trabajador en Puente Pajares,
que perdió el brazo, pero no recibió nada.
Con
la construcción del canal fueron apareciendo núcleos de chabolas
o chozos, donde vivían las familias de los presos para
estar cerca de ellos. Algunos de ellos permanecieron con
posterioridad o fueron trasladadas a otros lugares.
La
descripción de estos núcleos ocupara una nueva y próxima entrada.
1.
Al principio el campo de concentración de La Corchuela tenía una
condiciones muy precarias, pues tanto soldados como presos dormían
en tiendas de campaña. Fueron los presos los que tuvieron que
construir los barracones y las oficinas. Dejó de usarse en 1944,
siendo sustituido por el de Los Merinales ese mismo año. El Arenoso
albergó de forma estable a los presos que construían el acueducto
sobre el arroyo San Juan.
2.
En la noticia de esta visita, ya mencionada, se alude a los
trabajos de los presos del SCPM, aunque se dice que ya son pocos
gracias “a los generosos indultos del Caudillo”.
3.
José Jiménez Sánchez, nacido en Isla Mayor, en 1934, se
estableció con su familia en 1947 en el cortijo El Guijarrillo,
junto al cual pasaba el canal en construcción. Vive actualmente en
Cantillana.
4.
Tras la Guerra Mundial el Gobierno de Franco compró camiones REO,
GMC, etc., excedentes de guerra del ejército norteamericano, para
el ejército español y para ser usados en la reconstrucción de las
infraestructuras del país. Según
Asunción Tirado, la
Palomita
(entrevista del 23 de abril de 2010),
en la puerta de los camiones se veía escrito “Construcciones
Militares”, con un escudo de colores y dos armas entrecruzadas..
Su relato coincide, en líneas generales, con el de José Jiménez.
Mas información en DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA, pp. 25-26, 105, 159-161.
Este trabajo está relacionado con otros ya publicados en este blog:
Mas información en DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA, pp. 25-26, 105, 159-161.
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