lunes, 25 de mayo de 2015

REPERCUSIONES DE LA GUERRILLA ANTIFASCISTA EN CANTILLANA: CÁRCEL Y MUERTE

El secuestro de Luis Taviel de Andrade y Cavaleiri en Fuente Luenga y sus consecuencias para la familia cantillanera de los Valverde.

Introducción
La lucha armada contra el franquismo se desarrolló en las sierras de los territorios ocupados casi desde el inicio de la Guerra Civil, siendo protagonizada por los huidos (los que se echaron al monte) de los pueblos, pero que, por diversas circunstancias, no pasaron a la zona republicana. Ante la inseguridad que creaba la brutal y despiadada represión militar-fascista, así como las nuevas condiciones sociales y políticas impuestas por los militares sublevados y sus allegados, son muchas las personas que deciden huir de sus pueblos, pa­sando a convertirse en lo que llamarían huidos, fugitivos o forajidos. (Fugitivos o huidos era la denominación usada por los franquistas para referirse a los maquis, los guerrilleros antifascistas, hasta 1945, después de ese año serán para la Dictadura bandidos o bandoleros..)
  .Estas personas, en un principio, se escondieron en sus casas o casas de familiares, pero poco a poco optaron por buscar refugio en las montañas y formar partidas (grupos más o menos organizados de guerrilleros antifranquistas, que también llamamos el maquis español). Estos primeros huidos, a los que se fueron añadiendo desertores y evadidos de penales y campos de concentración, formaron el germen de las posteriores agrupaciones guerrilleras de la década de los cuarenta. En las partidas de guerrilleros había presencia importante de comunistas, socialistas y anarquistas. Tuvieron desde el principio un carácter plural, unitario.
Desde 1936 operaron en Sierra Morena y otros lugares de Andalucía, muy especialmente desde Sierra Pata de Caballo, creándole serios problemas al ejército sublevado y a la Guardia Civil.  
Terminada la guerra, la acción guerrillera continuará, viéndose abocada a realizar actos de sabotaje, secuestros, atracos o asaltos para subsistir en la sierra, dado el entorno cada vez más hostil en el que vivían, tras años de infatigable represión por parte de Franco y sus secuaces, que no había aminorado, sino aumentado al finalizar la guerra y con una Alemania hitleriana vencedora en los campos de batalla europeos, que el dictador apoyaba decididamente en esos momentos. En este contexto se inscriben las acciones llevadas a cabo en 1941 en algunos municipios de la Vega Vega, en la que se vieron involucrados algunos vecinos de esos municipios.

Los hechos y sus consecuencias

Un cortijo de Fuente Luenga
Cerca de Cantillana, en Fuente Luenga, se produjo en 1941el secuestro de Luis Taviel de Andrade y Cavaleiri, de 39 años, soltero, vecino de Sevilla e hijo de Luis Taviel de Andrade, terrateniente forastero de Cantillana. Como colaboradores de la partida que lo secuestró, acusaron y condenaron a varios cantillaneros: Manuel Valverde Macías, José Valverde Romero y José Virola Valverde. Los dos primeros, hermanos de padre, y el tercero, sobrino de ellos. Hemos de tener presente que un hermano de los anteriores, Antonio Valverde Romero, se había exiliado al terminar la guerra, viviendo primero en Francia y después en Argentina. Volvió a Cantillana en 1980.

Cantillana
Según el sumario de la causa 1431/41 (ATMTS-SE, Legajo 1547-823), el día 21 de octubre de 1941 Luis Taviel, acompañado de su cuñado Sixto Marín Cano, fue a la finca Fuente Luenga a cazar. Llegados al lugar, un grupo de guerrilleros antifascistas, que operaba en la Sierra Norte de Sevilla, los sorprendió y le exigió a Luis Taviel la entrega de 100.000 ptas. por su libertad. Sixto fue el encargado de buscar el dinero y llevarlo al lugar de los hechos el día 22, quedando el secuestrado en libertad.
Días después detuvieron a Antonio Caballero Sarabia, el Niño, de 20 años de edad, natural de Berlanga (Badajoz), pues, según se desprende del informe de la Guardia Civil, no huyó, sino que se quedó cerca del lugar del secuestro. “Fue sorprendido subido en una de las encinas y al tratar de huir se le hizo un disparo, hiriéndole en el pie izquierdo, imposibilitándolo para la huida”, según el relato de la Guardia Civil. Le encontraron, continúa el informe, 8.000 ptas. y “una canana de lona y cuero, en mal estado, con veinte cartuchos cargados con bala”. La escopeta la encontraron (supuestamente) en la choza de un primo suyo, en la que se estaba quedando. En su declaración del 3 de noviembre manifiesta que iba en compañía de Margallo, Patillas y El Chato, a los que se unió el Malito, que desapareció antes del secuestro, y admite que se había escapado de la cárcel de Badajoz cinco meses antes.
La partida de El Chato
Poco después, detuvieron también a Antonio López Hidalgo, Malito, de 56 años, natural de El Pedroso (Sevilla), acusado de colaborador, y a más de 30 personas, entre ellos a los hermanos Valverde y al sobrino de ambos, José Virola, acusados de colaboración, en los primeros días de noviembre. En total 34 personas, 28 hombres y 6 mujeres.
Del sumario se desprende que cuando los hermanos Valverde, apodados los Aguadores por la Guardia Civil (su familia no reconoce este apodo), estaban haciendo carbón en la finca de Montegil llegaron a su choza los cuatro miembros del grupo que estaban planeando el secuestro. Los albergaron durante unos días y le suministraron alimentos, ropa y mantas, que compraron en Cantillana con 500 ptas. que les dieron. José Virola, sobrino de los dos Valverde, fue el encargado,según la Guardia Civil, de llevarlo a Montegil.
El Consejo de Guerra se celebró el 3 de junio de 1942, siendo definitivas las sentencias el 25 de junio de 1942, las cuales supusieron para las 34 personas juzgadas las siguientes condenas:
1 condenado a seis penas de muerte, más 20.000 ptas.
1 condenado a una pena de muerte.
10 condenados a 30 años de prisión.
2 condenados a 20 años.
13 condenados a 12 años.
1 condenado a 10 años.
2 condenados a 6 años y un día.
3 condenados a 6 meses.
Todos, también, a una multa de 5.433,79 ptas.
1 persona fue absuelta.
Los condenados a muerte fueron Antonio Caballero Sarabia y Antonio López Hidalgo, que fueron ejecutados el 27 de junio de 1942 en Constantina
Entre los condenados a 30 años estaban los cantillaneros José Valverde Romero y Manuel Valverde Macías; José Virola Valverde lo fue a 10 años de prisión.
José Valverde, según datos del sumario, pasó de la Prisión Provincial de Sevilla (La Ranilla) a la Prisión Procincial de Valencia (San Miguel de los Reyes), donde estuvo hasta que el 18 de diciembre de 1947 fue trasladado a la Prisión del Puerto de Santa María. En 1954 le conmutaron la pena de 30 años por otra de 15. Slió en libertad en 15 de enero de 1955. 
En cambio, Manuel Valverde no volvió más a Cantillana. Falleció en La Ranilla a las 18 horas del 5 de mayo de 1943 “a consecuencia de ictus apopléptico", según consta en su expediente carcelario. Para su mujer, Aurora Romero Quintana, y para toda su familia su muerte fue la consecuencia de las torturas sufridas
Por último, José Virola Valverde estuvo en la Prisión Provincial cinco años y, después de hacer el servicio militar, terminó de cumplir la pena impuesta.

 (DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTA, pp. 188-196)

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