viernes, 11 de septiembre de 2015

OTRAS CONSECUENCIAS DE LA OCUPACIÓN MILITAR-FASCISTA DE LA VEGA MEDIA DEL GUADALQUIVIR


Tras la ocupación militar de los pueblos de la Vega Media con el asesinato de 382 personas de sus ocho municipios, la huida de más de 800 y los centenares de detenidos, algunos de los cuales trabajaron ya de esclavos en la construcción del Canal del Viar, como he señalado en la entrada anterior, el miedo, mejor, el terror, derivado de la violencia política (auténtico terrorismo) desatada por militares, falangistas y requetés, invadió, poco a poco, todos los rincones, hasta los más recónditos e íntimos, pues el control represivo de los militares y civiles fascistas se extendió a todas las esferas de la vida, por lo que se puede hablar de represión física, ideológica, educativa, económica, administrativa, cultural y religiosa. Nada quedó al margen del ojo vigilante de los nuevos (viejos) mandatarios.
Incuatación de bienes
Entre 1936 y 1937 a muchos vecinos y vecinas les incautaron sus bienes, sin importarles, en muchos casos, que ya los habían asesinado. Si era así, lo padecían sus herederos. Muchos perdieron sus propiedades y medios de subsustencia. En Tocina, además, hubo Expedientes de Incautación de Bienes colectivos en 1937: uno que afectó a los bienes personales de todos los vecinos huidos y otro que afectó a los bienes del PCE y de la CNT, algo que ocurrió en todas las localidades y para todas las organizaciones. Los expedientes comenzaban con un informe de la Comisión Gestora del Ayuntamiento, procediéndose a continuación a su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia para su tramitación completa. Fue otra forma más de represión que se une a los instrumentos o medios represivos ya mencionados.
Destrucción de instituciones y abolición de las leyes republicanas
La represión llevó consigo, además de la eliminación física de muchas personas, la destrucción de las instituciones y abolición de las leyes republicanas1 y de los derechos democráticos, especialmente los derechos de reunión, manifestación y libre asociación, quedando rotas todas las esperanzas y secuestradas todas las conquistas sociales y políticas (enseñanza, derechos de la mujer, mejoras en las condiciones de trabajo con bases de trabajo pactadas o conquistadas, etc), que habían supuesto la dignificación de los obreros del campo y sus familias, aunque la modernización y transformación de la agricultura española no se hubiese podido completar. Con la sublevación militar, la vía modernizadora emprendida por la II República, la de la Reforma Agraria, que tocaba la propiedad de la tierra, había muerto definitivamente en España, lo que suponía el triunfo total de los terratenientes latifundistas, los cuales ensayarán nuevas vías agrícolas, más favorables a sus intereses, a partir de la ocupación y el sometimiento de los pueblos, y más claramente desde 1939, con plena intervención estatal, es decir, con todo el Estado a su servicio.
Las movilizaciones forzosas
Lejos de estas tierras, la guerra se extendía inexorablemente, formándose diversos frentes de lucha, en los que, desde 1936, muchísimos jóvenes se jugaban la vida. Habían tenido que abandonar sus pueblos, al ser movilizados según las necesidades crecientes del ejército de ocupación, tal como lo llamaban ellos mismos, para luchar en los frentes de guerra sin compartir, en muchos casos, los ideales (y mucho menos los intereses) de los sublevados. Muchos de los movilizados eran jóvenes de izquierda. Algunos habían perdido ya algún familiar a causa de la represión militar. Por ello, en los pueblos de la Vega sevillana, al igual que en otros muchos pueblos andaluces, se vivirán, además, tres años de angustiosa espera, deseando el fin de la guerra a toda costa, pues eran muchos los familiares que estaban lejos en una situación incierta: los movilizados y los huidos... De hecho, fueron muchos los que murieron en los frentes de guerra o se dieron como desaparecidos. De los que murieron en el bando nacional conocimos sus nombres, grabados en las lápidas de las cruces de los caídos de cada pueblo; pero los ciudadanos que murieron defendiendo la República2 serán desaparecidos, salvo algunas excepciones. A ellos, sólo sus familiares los recordaron en silencio sin saber, nunca más, nada de ellos. 
  Un total de 254 sevillanos murieron defendiendo el régimen constitucional republicano, de los que 27 eran vecinos de municipios de la comarca de la Vega Media: 19 de Alcalá del Río, 19, 3 de Brenes, 3 de Cantillana y 3 de Tocina.

La perdida de población
Entre diciembre de 1935 y diciembre de 1936 todos los pueblos de la comarca de la Vega Media perdieron población, siendo los casos más llamativos: Tocina., con 900 habitantes menos; La Rinconada, con 552 menos; Cantillana, con 430 menos (y seguirá perdiendo en 1937), y Alcalá del Río, que es el único que aún en 1940, con 3.880 habitantes, tiene menos habitantes que en 1930, cuando había alcanzado los 4.185.3 Cantillana llegó a tener en 1935 más habitantes que en 1940, unos 400 más, según censos oficiales de esos años, aunque la cifra total (y oficial) de 1940 fuese superior a la de 1930.
Las nuevas actividades fascistas
Sevilla, dominada y sometida militarmente en el verano de 1936 y donde se habían ensayado ya todas las formas posibles de represión, al igual que en las provincias limítrofes, cumplirá perfectamente, bajo el férreo mando de Queipo de Llano, las funciones propias de una ciudad y una provincia en retaguardia: realizar todo tipo de suministros (armas, dinero, alimentos, vestidos, mantas...) y aportar las personas necesarias para el “ejército de ocupación”; llenar paredes y lugares de símbolos fascistas, sobresaliendo el yugo y las flechas; y llevar a cabo todo tipo de actos patrióticos y religiosos, propios del Estado totalitario que impusieron. Entre ellos, los homenajes a Franco y al propio Queipo, la organización de los niños, jóvenes y adultos en Falange, y el recaudar donativos para “el Ejército Salvador”, ensayando iniciativas como la del “plato único” u otras. No hay nada más patético y humillante que ver en las listas de donativos a obreros agrícolas de tal o cual finca, hacienda o cortijo aportando una hora, un día de trabajo o las horas extraordinarias, y a empleados u obreros de almacenes, oficinas o empresas diversas dando dinero o aportando hasta media jornada de trabajo...4
Pero, ¿se podía negar alguien? No, la dictadura militar-fascista, con todas sus secuelas, echaba ya sus raíces para mucho tiempo con el nombre definitivo de dictadura franquista o simplemente franquismo, puesto que la palabra franquismo hace referencia indistintamente a la ideología, al “Nuevo Estado” y a propia la dictadura, surgida de la guerra.
(Texto íntegro puede leerse en DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA, pp 94-100, de donde está tomada esta publicación)
1. Los territorios ocupados quedaron bajo la potestad militar y la “legislación” que iban emitiendo según las necesidades de cada momento, a base de bandos o decretos. Así lo hicieron Queipo de Llano para la II Región Militar; la Junta de Defensa Nacional entre el 24 de julio y el 30 de septiembre de 1936, y Franco desde el 1 de octubre, cuando asumió todos los poderes, se autoproclamó Caudillo y Jefe del Estado español, creando la Junta Técnica de Estado, que sería el embrión del “Nuevo Estado”.
2. José María García Márquez (2012) pp. 677-685)
3. Para Tocina y Cantillana, BOP de 24 de abril de 1937 (ADPSE); para La Rinconada “Cuaderno auxiliar padrón de 1935 y rectificación al padrón de 1936” (AMLR, Legajo 60), y para Alcalá del Río, padrones de 1930 y 1940. Véase también Cuadro 2: Evolución de la población por municipios..., p. 26 de este libro.
4. Véase, por ejemplo, ABC Sevilla de 12.11.1936, p. 8. Existen otras muchas listas de donantes similares a ésta.

2 comentarios:

  1. Buenos días D. Ramon.
    En otro comentario que le había escrito (creo que no se ha llegado a publicar) le contaba la alegría que me había dado encontrarme con su blog en general y con usted en particular.

    Soy una antigua alumna suya del IES Carmen Laffon, ya no se acordará de mí, es normal, hace ya algunos años que dejó de darme clases y son muchos los alumnos que pasan por la vida del docente.

    He ojeado un poco su blog aunque no he podido leer mucho, de todas formas he de reconocer que por la tematica del mismo merece la pena sentarse a leerlo. Me parece extraordinario ademas que haya gente que como usted, se preocupe porque no caiga en el olvido nuestra historia, la historia de estas calles por las que paseamos todos los dias.
    En cuanto a la publicación de su libro no tenga duda de que iré a comprarlo en cuanto se me presente la oportunidad.

    Por último, y siento la extensión del comentario, me gustaría darle las gracias por hacer de esa asignatura de historia mi vocación y profesión.

    Un abrazo

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    1. Gracias, Maria.
      Tus palabras me dan fuerza para seguir, porque vienen una persona joven, que fue alumna mia.
      Te digo esto porque la tarea es difícil, no exenta de sinsabores, pero con alegrías como ésta. Este tema, el de la Memoria Histórica es aún minoritario y lo veo alejado de los jóvenes, que son para mi los verdaderos destinatarios del trabajo de investigación que estamos haciendo un grupo de personas e historiadores.
      Este año hemos creado la Asociación Comarcal Pro Memoria Democrática Vega Media del Guadalquivir, abierta a todos y todas que quieran, sin distinciones.
      Me dices que la Historia es tu vocación y profesión. Nos gustaria contar contigo.

      Un abrazo

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