CON EL HOMENAJE PERMANENTE DEL CARIÑO, RESPETO Y RECONOCIMIENTO DE SUS ANTIGUAS ALUMNAS.
Carmen Lafuente Tirado |
Carmen
Lafuente Tirado nació el 21 de abril de 1895 en Cantillana. Era hija
de León Lafuente del Río, natural de Suellacabras (Soria),
comerciante, y de Encarnación Tirado Daza, natural de Cantillana.
Vivían en la Cuesta del Reloj, núm. 10, cuando ella nació.
Fue
maestra interina desde el 1 de marzo de 1929 al 17 de marzo de 1930,
de la Escuela nº 2 de niñas, la que estaba en la calle Carnicería,
12, en el soberao de una casa junto a la Torre del Reloj. Cesó
al ser ocupada la plaza por Dª Josefa Chacón de la Hera. Dio clases
particulares, sin cobrar nada a quienes no podían pagar, en su casa
de la Cuesta del Reloj, según recuerdan algunas personas mayores de
la localidad. También indican que estuvo como maestra interina en El
Coronil. En 1936 sustituyó a Dª Juliana Lapastora, según la comunicación al Consejo Local de Enseñanza Primaria de Cantillana
para hacer uso de un permiso de ocho días. Era muy querida y
respetada por sus alumnas y por muchas cantillaneras.
Carmen,
además, era republicana, igual que su hermano Simplicio, nacido en
1903. Pertenecían al grupo de republicanos cantillaneros que tuvo ya
una clara manifestación en las elecciones generales del 1 de julio
de 1919 cuando la candidatura de Alejandro Lerroux obtuvo en
Cantillana 98 votos. En esas elecciones el Marqués de Valencina
obtuvo 808 votos; el conde de Colombí, 296 votos, y otros candidatos
de la derecha entre 273 y 632 votos. Pueden parecer pocos votos, pero
muy importantes en un sistema electoral caciquil y clientelista. Eran
años de importantes luchas obreras en el campo, con evidentes
influencias anarquistas y socialistas, y de crisis del sistema
político de la Restauración, el que se inicia con la Constitución
de 1876. En aquella época las mujeres no votaban.
En
los primeros años de la Segunda República, Simplicio Lafuente fue
presi-dente local del Partido Republicano Radical (PRR) y concejal
desde junio de 1931, convirtiéndose en el portavoz, de la minoría
republicana en el Ayun-tamiento de Cantillana presidido por José
Pueyo Solís (PSOE).(1)
Ejerció una dura oposición en la primera etapa
republicano-socialista (1931-1934), pero en la segunda, tras el
triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, su voz dis-crepante
apenas se oyó: eran otros tiempos, más difíciles y problemáticos,
con el fascismo pisando los talones de todos los demócratas. Además
se sentiría unido a los socialistas por el programa común del
Frente Popular al que pertenecía su partido, Unión Republicana
(UR), el partido de Diego Martínez Barrios.
Ambos,
Carmen, con 41 años, y Simplicio, con 33 años, fueron asesinados
por aplicación del Bando de Guerra el 16 de septiembre de 1936 junto al cementerio en
Alcalá del Río. Sus actas de defunción están inscritas
el 12 de agosto de 1942 en el Registro Civil de Cantillana (RCC,
Defunciones, Tomo 48). Muchas personas vieron
sus cadáveres al día siguiente del asesinato de ambos. Carmen
conservaba aún las mismas ropas que llevaba al ser detenida. Se
había desplazado a El Coronil con un salvoconducto, emitido por las
autoridades municipales de Cantillana, y el mismo día que volvió,
fue detenida, junto a su hermano en la casa donde vivían entonces,
la casa de su tía Rosario Vélez, en la Cuesta del Reloj, número
17. No le dio tiempo ni a quitarse el velo y el manto negro que
llevaba, según testimonio de vecinas suyas. La detención fue
realizada por un Guardia Civil y un falangista, que le dijeron que
era para hacer unas diligencias, que pronto estarían en su casa de
nuevo. Estuvieron
uno o dos días en la cárcel vieja del pueblo, donde hizo
testamento, que no llegó a cumplirse al ser confiscados sus bienes.
Parece ser que Simplicio pidió que mataran primero a su hermana por
temor a que la violasen antes de ejecutar su asesinato.
Su
muerte, incomprensible e injusta como todas, fue llorada, en
silencio, por todo el pueblo durante días, pero sobre todo por sus
muchas alumnas.
Después
del asesinato de ambos, la Comandancia Militar de Cantillana, a cuyo
mando estaba el sargento Antonio Rangel García, les instruyó sendos
Expedientes de Incautación de Bienes, que fueron informados, junto
al de otras tres víctimas mortales de Cantillana, por la Comisión
Gestora del Ayuntamiento, presidida por Juan Arias Rivas, en su
reunión del 1 de octubre de 1936, de acuerdo con el art. 36, párrafo
2 de la Orden de 11 de septiembre de 1936. “Los señores
reunidos encontrando [los expedientes] bien
y ajustados a lo ordenado y
a la verdad, acuerdan se den
de la misma forma y de
acuerdo con estos”, dice textualmente el acta
de aquella reunión. Estos expedientes aparecieron en el Boletín
Oficial de la Provincia el día 26 de octubre del mismo año,
habiendo sido firmados el día 20 del mismo mes para su publicación.
Según he podido saber sus habitaciones, las que ocupaban en casa de
su tía, fueron precintadas y las viñas incautadas.
En
1941, como si no hubiese ocurrido nada, les abrieron Expedientes de
Responsabilidades Políticas: el de Simplicio con fecha 17 de marzo,
y el de Carmen de fecha 20 de octubre. Por último, señalar que
existe una citación a sus herederos, publicada por el BOP, para
sentencia, firmada 11 de abril de 1942. Los dos eran solteros y sus
propiedades habían sudo confiscadas en 1936.
El
recuerdo de Carmen, perdura en cuantos la conocieron, especialmente
en sus muchas alumnas cantillaneras que mantienen hacia ella un gran
cariño, respeto y admiración. Ese es el mejor homenaje que puede
recibir una maestra, víctima de la represión militar-fascista en
1936.
Cantillana,10
de noviembre 2017
Ramón
Barragán Reina
De mi libro CANTILLANA
II REPÚBLICA. La brutal represión en un pueblo sevillano, Ed. Muñoz
Moya, 2006.
(1) En
las elecciones municipales del 31 de mayo de 1931 fueron elegidos 9
concejales del PSOE y 4 del PRR. En 1936 ya no existe el PRR en
Cantillana, tal como sucede en casi todos los pueblos. Muchos de sus
miembros habían optado por UR; otros dejaron la política activa o
pasaron a apoyar a otros partidos.
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