En agosto de 1940, poco después de la invasión de Francia por el ejercito nazi y la capitulación de su gobierno, llegaron al campo de concentración de Mauthausen, en vagones de carga, la primera tanda de los 7.300 inscritos (algunos historiadores llegan a la cifra de 9.000) en el campo hasta 1945. Muchos fueron trasladados al campo de Gusen. Unos 4.000 salieron con vida.
El gobierno de Franco no quiso saber nada de ellos, para que fuesen tratados como apátridas y como presos políticos. Todos miraron para otro lado, pero con mayor alevosía sanguinaria el ministro Serrano Súñer, que conocía lo que allí estaba ocurriendo, pues el Consulado Español en Viena tramitó diferentes asuntos, como defunciones, cartas, preguntas de familiares, e incluso la liberación de algún niño de los campos. Su responsabilidad es total, aunque aquí nadie haya sido juzgado por nada.
Tampoco quiso saber nada cuando fueron liberados el 5 de mayo de 1945 por las tropas estadounidenses. Todos ellos fueron reclamados y repatriados por los gobiernos de sus respectivos países, siendo recibidos con todos los honores, como héroes. Los españoles estuvieron un mes a las puertas del campo de exterminio de Mauthausen. Nadie los quería. A final Francia los reclamó y pudieron establecerse en dicho país.
Entre los liberados estaba Francisco
Acosta Castillo, natural de La Rinconada, donde había nacido el 29
de enero de 1913.
Salió de su pueblo en 1936, cuando tenía 23 años, y huyó a la
zona republicana. Al finalizar la guerra española, vivió la
ocupación de Francia por el ejército alemán en junio de 1940 y sus
consecuencias. Entró en el campo de concentración de Mauthausen el
26 de abril de 1941, procedente del Stalag XI-A (Altengrabow),
pasando posteriormente a Gusen. En Gusen estuvo hasta el día de la
liberación del campo, el 5 de mayo de 1945. Fue uno de pocos que
salió con vida, gracias a la excelente organización interna de los
presos durante su encierro en los campos de exterminio nazi. Se quedó a vivir en Francia, donde se casó. Visitó a su
familia en La Rinconada en algunas ocasiones, pero siempre volvió al país que lo acogió en aquellos trágicos momentos.
Pero
otros no tuvieron esa suerte. En Mauthausen, algunos, o en Gusen, la
mayoría, murieron 75 sevillanos. De ellos 20 eran de la Vega
sevillana del Guadalquivir, la mayoría de Lora del Río. En total
4.293 españoles (1.494 andaluces) fueron vilmente asesinados sin que
ninguna autoridad española haya pagado por ello.
El Campo de concentración y exterminio de Gusen es el conjunto de tres campos
de prisioneros en el Alta Austria al este de la ciudad de Linz durante
el régimen nazi:
Gusen I, fundado en 1938/1940; y
Gusen II y Gusen III, fundados en 1944. Gusen está a 5 km de Mauthausen. A él, los nazis enviaban “aquellos que según el comandante de Mauthausen no servían
para nada,”
es decir, los que estaban enfermos, inválidos o eran considerados
excedentes del campo central. A partir de 1940 empezaron a
llegar republicanos españoles a este campo de exterminio, una
auténtica fábrica de cadáveres. Entre 1941 y 1942 los dedicaron a la construcción del propio campo y
a la extracción de piedra para las grandes construcciones nazis,
siendo muchísimos los que murieron en estas tareas agotadoras. A
partir de 1942 los dedicaron a trabajar para la industria bélica
alemana, por lo que sus vidas cobraron mayor valor.
De la comarca de la Vega Media de Guadalquivir murieron en Gusen I:
De la comarca de la Vega Media de Guadalquivir murieron en Gusen I:
-José Fernández
Rodríguez, nacido en Tocina en el 18 de octubre de 1907. Llegó el
6 de agosto de 1940 y procedía del Stalag VII-A (Moosburg), con el primer convoy de deportados. Fue
llevado a Gusen el 24 de enero de 1941. Murió el 7 de octubre de
1941, cuando iba a cumplir 34 años.
-José Gómez Caballero, nacido en Alcalá del Río el 15 de marzo de
1919, estaba prisionero de los alemanes en el Stalag V-D
(Estrasburgo), en territorio francés, pues allí había realizado trabajos de
defensa de Francia antes de la invasión alemana, después de haber
participado en la guerra española. Fue detenido y deportado a
Mauthausen el 13 de diciembre de 1940 y trasladado a Gusen el 29
de marzo de 1941. Allí trabajaría en la infernal cantera cercana al
campo. Murió el 2 de septiembre de 1941.
-Ramón
Rodríguez Caro, nacido en Cantillana el 5 de octubre de 1912, fue el
tercero en ser llevado a Mauthausen. Llegó el
día 27 de enero de 1941, procedente del Stalag XI-B
(Fallingbostel)
Había pasado a Francia, igual que los otros, al terminar la guerra
española, pues habían luchado en las filas del Ejército Popular de la República,
el ejército de la España constitucional.
De Mauthausen fue conducido a
Gusen el 17 de febrero de 1941, junto a otros 300 españoles, que
hicieron el camino a pie, escoltados por las SS. Tardaron unas tres
horas, de las 9 de la mañana hasta mediodía. Su muerte ocurrió el 5 de septiembre de 1941, cuando tenía 28 años
de edad.
-Jacinto Domínguez Hervás llegó a Mauthausen, procedente del Stalag XII-D (Trier) el 3 de abril de 1941. Jacinto había nacido en Villaverde del Río el
26 de abril de 1903. Era conocido como el guardaespaldas del alcalde
socialista Baldomero González Parrilla, que fue asesinado, aplicandole el Bando de Guerra. Él huyó
y se enroló en el ejército republicano.
De Mauthausen fue trasladado a Gusen el 8 de abril de 1941,
muriendo en aquel lugar de exterminio el 6 de enero de 1942.
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