lunes, 2 de octubre de 2017

FRANCISCO REINA CAMPOS, UN GRAN MAESTRO: VÍCTIMA DE UNA DOBLE INJUSTICIA



FRANCISCO REINA CAMPOS, UN GRAN MAESTRO
 
Nació en Cantillana a principios del siglo XX, en 1905. Fue el primero de los hijos de José Reina Jiménez y Carmen Campos Blanco, pequeños propietarios agrícolas, que poseían un olivar, una viña, un lagar y una bodega, en la que vendían el vino producido por ellos mismos. Vivían bien, gracias al trabajo de todos, de su padre Pepe y de sus hermanos varones: Antonio, Miguel y José. Así como de la buena administración domestica de su madre Carmen. Pero él no quiso seguir la tradición familiar de dedicarse al campo: decidió estudiar. Los recursos de su familia no daban para estudios, y menos que estos fuesen en Sevilla, lejos del pueblo. A su hermana menor, Carmen, también le hubiese gustado estudiar, pero en aquellos tiempos las dificultades para las mujeres eran aún mayores. 
Para llevar a cabo sus deseos, siendo casi un niño, marchó a Castilblanco de los Arroyos, a casa de unos familiares. Trabajó de pastelero y estudió Bachillerato como alumno libre. Posteriormente se trasladó a Sevilla, donde trabajó en un colegio de personal no docente y comenzó Magisterio. Aprovechaba las noches (“Hasta que la vela se apagaba...”) para estudiar, consiguiendo su objetivo: ser maestro y hacer pronto las correspondientes oposiciones para ejercer en la escuela pública.
Por razones aún no del todo claras, la aldea de Osma, perteneciente al municipio de Burgo de Osma (Soria), fue su primer destino como Maestro Nacional, teniéndose que trasladar a las frías tierras sorianas, muy lejos de su querida Cantillana, y hospedarse en casa del Alcalde del pueblo, pues no había otra posibilidad. Quizás su cercanía a Diego Martínez Barrios, masón y líder de los republicanos de Sevilla y a la masonería, fuese la causa de este destierro, tal como siempre lo ha creído su familia. Eran los tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera. Su estancia allí fue corta. Vuelve al obtener destino definitivo en Martín de la Jara (Sevilla), donde se casaría, años después, con Mariana Aroca. Tuvieron seis hijos: José, Esperanza, Carmen, Francisco Matías, Juan y Mariana.
En Martín de la Jara fue siempre muy querido por todos, pues a su buen hacer pedagógico había que sumar su gran humanidad y cercanía a los problemas de la gente, cooperando, en más de una ocasión, con las organizaciones obreras del pueblo, como buen republicano. Por ello, en 1937, en los duros años de la represión militar comandada por Queipo de Llano, fue detenido y llevado a la cárcel de Osuna. Día tras día esperaba que cualquier noche lo sacaran para fusilarlo. No llegó a ocurrir: su suegro, terrateniente de aquella comarca, intervino en su favor ante las súplicas de su hija, embaraza de su primer hijo. La versión que ha perdurado en la memoria de su familia es que la Divina Pastora de Cantillana se le apareció una noche, en sueños, con un rotulo a sus pies que decía: Salvado. La fe mantuvo en él la esperanza de una posible salida de aquella horrenda situación. Una vez liberado, el matrimonio se trasladó a Cantillana, a la casa de los padres de Francisco, donde tuvo que dar clases particulares Esta actividad será, salvo alguna excepción, su única forma de poder enseñar, la gran pasión de su vida.
Con efectos de 23 enero de 1940, fue sancionado a la perdida de haberes y suspensión de empleo y sueldo durante dos años, como consecuencia del correspondiente Expediente de Depuración1, sufrido por todos los maestros y maestras de la provincia, aunque sólo 136 maestros y maestras de Sevilla y sus pueblos (el 12% del total), fueron condenados a algún tipo de sanción. Durante estos años, vive en Sevilla y da clases en una escuela privada de la calle Gravina.
Cuando ya había cumplido la sanción impuesta y estaba ejerciendo en Casariche, fue juzgado y condenado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo “a la sanción de inhabilitación absoluta perpetua para el ejercicio de cualquier cargo del Estado, Corporaciones Públicas u Oficiales, Entidades subvencionadas, Empresas concesionarias, Gerencias y Consejos de Administración de empresas privadas, así como cargos de confianza, mando y dirección de los mismos, separándole definitivamente de los aludidos cargos” por el delito de masonería, según la causa instruida con el número 4.499. Él mismo, una vez obtenido el permiso correspondiente, asumió su defensa ante el Tribunal en Madrid. La sentencia tiene fecha de 15 de junio de 19432. Desde ese momento Francisco Reina quedó separado definitivamente del Cuerpo de Maestros Nacionales. Ya no pudo ejercer el magisterio en ninguna escuela pública, tal como le ocurrió a otros muchos por el simple hecho de ser maestros comprometidos con la educación, la cultura y los problemas del pueblo, lo contrario de lo pretendían hacer Franco y sus secuaces, para los cuales el control de la enseñanza era el soporte fundamental del férreo control ideológico impuesto a la sociedad española.
Volvió a Martín de la Jara y a las clases particulares en el domicilio conyugal, además de otros trabajos familiares. Ahora bien, con Francisco Reina las autoridades franquistas cometieron una doble injusticia: la primera, haberlo condenado por masón, como si pertenecer a la masonería fuese un delito, y la segunda, porque no era masón cuando fue condenado, pues, aunque perteneció a la masonería en algún momento de su vida anterior al año 1927, pronto dejó de asistir y de pagar la cuota.
Entre los documentos microfilmados3, que se encuentran en el Archivo General de Andalucía (AGA, Sevilla) y forman parte de su expediente, existe uno totalmente esclarecedor: un certificado de D. José Gómez Hernández, Jefe de la Sección Especial de la Delegación Nacional de Servicios Documentales de la Presidencia del Gobierno, fechado en Salamanca el día 20 de febrero de 1953 y escrito a petición del Exmo. Sr. Director General de Seguridad. En dicho certificado se expone que “desde el 18 de agosto de 1927 consta que (Francisco Reina Campos) ha sido baja por falta de asistencia y pago en la Logia ESPAÑA de Sevilla, según documento existente en el Archivo de esta Delegación Nacional”. Además, en otro documento, se expresa que “en la página 7 del acta de los trabajos realizados el 1º de marzo de 1931, consta que ha sido baja por falta de asistencia y pago en la Logia ESPAÑA Y TRABAJO de Sevilla FRANCISCO REINA CAMPOS”. En la Logia, a la que perteneció antes de 1927, tenía en nombre simbólico de “AMOR”, grado 1º. 
Colegio que lleva su nombre
Es posible que ese certificado fuese la base de su rehabilitación. Llegó a poder de su familia cuando Francisco ya había fallecido el 4 de enero de 1955, en Cantillana, donde había vuelto en 1953, al sentirse gravemente enfermo. Llego “una semana después de su muerte”, se ha dicho siempre en casa de mi abuela, su madre Carmen. Probablemente, y sin ninguna intención manifiesta, estuvo en algún cajón guardado antes de llegar a su destino. Cosas peores se han visto en toda Andalucía.
Recuperadas la libertades democráticas, las autoridades municipales de Martín de la Jara (Sevilla) decidieron, en 1986, que el Colegio Público de Infantil y Primaria de aquella localidad llevara su nombre, en reconocimiento a su actividad docente y como muestra de afecto del pueblo, que nunca lo olvidó.
Deseo, y éste ha sido mi propósito, que el recuerdo de este gran maestro, al igual que el de José María Infante Franco, perdure en las nuevas generaciones de cantillaneros y cantillaneras. Grande fue en él el amor por la enseñanza y por los más desfavorecidos, destinatarios máximos de todos los esfuerzos que podamos hacer para que se abra camino la justicia y la igualdad en un ambiente de verdadera libertad personal y colectiva.
Cuatro de sus hijos (José, Carmen, Juan y Mariana) son maestros y han tenido siempre presente a su padre en el quehacer educativo.
Su hijoJosé, su cuñada Lola y su hermana Carmen

Otoño, 2017
Ramón Barragán Reina


1 ADP: BOP nº 24, de 27 enero 1940.
2 AHP-JMC: Certificación de sentencia remitida al Juez Municipal de Cantillana el 14/02/45 por el Servicio de Ejecutoria del Tribunal Especial. (AHP-JMC: Archivo Histórico de Penados del Juzgado Municipal de Cantillana).
3 AGA, Sevilla: SE-Masonería_B, C 366, Exp. 23. AGA-R 1489.








2 comentarios:

  1. Hola Ramón, buenos días,
    Soy Luis Garrido Orozco, hijo de republicanos españoles exiliados a Francia. Quisiera entrar en contacto contigo. Te doy mi dirección de correo: garrido.luis(aroba)wanadoo.fr
    Hasta pronto.
    Un abrazo.
    Luis

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  2. Hola, Luis
    Te escribiré pronto.He estado escribiendo un artículo con otros dos amigos sobre la Escuela republicana y la depuración del magisterio de esta comarca. Ya está terminado y tengo algo más de tiempo.
    Un abrazo
    Ramón

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