miércoles, 29 de marzo de 2017

LA POSGUERRA ESPAÑOLA VISTA POR PERSONAS QUE LA VIVIERON Y LA SUFRIERON EN LA VEGA MEDIA DEL GUADALQUIVIR


 NOTA EMITIDA POR LA ASOCIACIÓN COMARCAL PRO MEMORIA DEMOCRÁTICA VEGA MEDIA DEL GUADALQUIVIR:

"El día 23 de marzo, la Asociación Comarcal Pro Memoria Democrática Vega Media del Guadalquivir celebró la Mesa Redonda “Memoria Viva de la Posguerra” en el Centro Cívico Municipal de Brenes.

En esta Mesa Redonda participaron personas que vivieron aquellos duros años, caracterizados por el hambre, la escasez, la sobreexplotación obrera en el campo y la represión en todos los ámbitos. Nacieron en los años treinta o principios de los cuarenta y pronto fueron conscientes de la realidad que les rodeaba, tanto en sus familias, víctimas en algunos casos de la represión militar franquista, como en sus respectivos pueblos:

Ramón Algaba Alfonseca, vecino de Brenes, nacido en 1932 en Lepe (Huelva), expuso a los asistentes el hambre y las penurias soportadas por él y su familia, al igual que mayoría de las familias breneras, en aquellos años posteriores a la Guerra Civil, provocada por los militares sublevados, y con su hermano mayor (Manuel) en la lejana prisión de Astorga (León) y después en eñ Puerto de Santa Maria, hasta que en 1943 consiguió la libertad condicional. La falta de alimentos “abundaba” y el racionamiento impuesto por Franco “agrandaba” la escasez. Tuvo que trabajar en el campo desde temprana edad, a los 8 años. Resaltó la existencia de muchos núcleos de chozas en la comarca, la acción represora de la Guardia Civil y la valentía y trabajo de su madre para salir de la situación familiar, que siempre ha admirado.
Ramón Algaba y el moderador
 Juan Hidalgo Navarrete, vecino de San José de la Rinconada, nacido en 1934 en Puebla de Cazalla, resalta la situación familiar con dos tíos suyos huidos (Antonio y Juan Navarrete), que lucharon en el Ejército Popular de la República contra el fascismo. Terminada la guerra fueron detenidos, juzgados y condenados, sufriendo algunos años de prisión. Al igual que los demás narró la situación de pobreza, de escasez en todo, vivida por él y su familia, que le llevó a tener que trabajar desde la infancia para intentar paliar la situación familiar. En 1949 se trasladan a San José de la Rinconada, trabajando en El Gordillo, finca propiedad de Ramón de Carranza, conociendo sus formas dictatoriales y señoriales de proceder con los trabajadores, al igual que hizo en 1936. “La posguerra y la situación que vivimos nos hizo rebeldes”, dijo en su intervención. 

Antonio Muñoz Sayago, vecino de San José de la Rinconada, nació en 1932 en Calaña (Huelva). Su padre fue asesinado en 1936 por los militares fascistas en Valverde del Camino, junto a un tío materno suyo y su mujer. Esta perdida, con tan corta edad,, marcó toda su vida, llena de privaciones. Su madre, Encarnación Sayago, tuvo que hacer frente a la realidad familiar para sacar adelante a sus cinco hijos. Se trasladaron a Valencia del Ventoso y, terminada la guerra, a Santiponce, donde trabajaron en el Cortijo de Gamboaz (Camas), propiedad de Queipo de Llano, regalo del “pueblo de Sevilla”. Queipo negó a su madre una pensión por la muerte de su marido, pues ella se negó a firmar que había muerto de muerte natural. Tuvieron que buscarse otro trabajo. Lo encontraron en la Fabrica del Tabaco de Santiponce, y cuando ésta cerró, se trasladaron en 1953 a San José de la Rinconada. Él tuvo que trabajar desde pequeño “ en lo que salía” y muy pronto mostró su rebeldía, que le acompañará toda su vida.

Antonio Piedra Magro, vecino y natural de Brenes, nació en 1934. Su padre, Emilio Piedra, era carbonero y ayudó a muchos huidos de Brenes en 1936. Ya durante la guerra, que vive siendo pequeño, sintió con su familia las consecuencias -cada vez peores- de la situación social y económica, de carencias de todo lo más necesario (incluidos los alimentos), de tal forma que su familia tuvo que irse a vivir a una choza junto a la casa de su abuelo, que era el barquero de Brenes. Allí, cuando tenía quince años, una prima suya, que había sido pelada y le habían dado purgante por los falangistas breneros, lo hizo consciente de lo que había pasado y de que lo que había en España era una Dictadura. Esos descubrimientos y su propia experiencia marcaron su compromiso social y político desde su juventud.


Asunción Tirado
Asunción Tirado Pueyo, natural y vecina de Cantillana, nació a mediados de los años cuarenta. Sus padres se casaron por lo civil (algo insólito en Cantillana) el 1 de Julio de 1936. Su padre, que fue presidente de las Juventudes Socialistas de Cantillana, fue encarcelado al terminar la guerra, como a tantos otros, después de tres años defendiendo a la República. Relató las vicisitudes ocurridas a su padre durante el tiempo de prisión en el campo de concentración, en la prisión de Lora del Río y en Provincial de Sevilla. Aunque condenado a 12 años de cárcel, obtuvo en 1941 la libertad condicional, que era otra forma de estar vigilado. Pudo trabajar en los “canales” (Canbal de los Presos) en la zona cercana a La Monta. Cerca de la casa donde pudieron vivir había muchas chozas de las mujeres de otros presos. La mayoría dormían en unos barracones, custodiados por la Guardia Civil. Recordó la estrecha vigilancia a la que estuvo sometido su padre, con visitas diarias de la Guardia Civil, y cómo su madre ayudó a las otras mujeres y a los muchos niños que juntaban. Su padre, socialista, nunca abdicó de sus ideas: las mantuvo y las transmitió a sus hijos.

Antonio Rosado Martínez, natural y vecino de Alcalá del Río, nació en 1934. Su padre, Francisco Rosado García, murió en Valsequillo en 1937, mientras participaba en la Guerra Civil en el Ejército de la República. Antonio fue, por tanto, un huérfano de guerra, que no recibió ninguna compensación. Su madre nunca firmó, a pesar de ser requerida para ello, que su padre había muerto de muerte natural. Recuerda que al finalizar la guerra quisieron que se apuntara a los “Balillas”, los Flechas falangistas, pero su madre lo impidió. Fue siempre un rebelde, un inconformista. Pudo ir a la escuela de los 5 a los 8 años, pero con esa edad comenzó a trabajar guardando animales y rebuscando en los campos “para quitarse el hambre”. Iba a San José de la Rinconada para que le contaran cosas de su padre, pues casi no lo conoció, y a trabajar en lo que saliera. Narró las penurias pasadas por su familia y algunos vecinos suyos en aquellos años que vivían en la “Era Alta”, un barrio de chozas de Alcalá del Río. Antonio ha sido el guardián de la lista de las víctimas del franquismo de Alcalá del Río, que ocultó durante muchos años en un cajón de difícil acceso.
    
    Todos ellos militaron posteriormente en el PCE, participando activamente en la actividad antifranquista, tanto en España como en Francia, donde vivieron tres de ellos, encaminada a construir en España una democracia plena. Asunción ha mantenido vivos los sentimientos e ideas políticas de su padre.
    El público asistente les rindió un caluroso homenaje por sus vidas y testimonios en su prolongado aplauso final.
    Este acto ha contando con la colaboración del Ayuntamiento de Brenes y la presencia de su Alcalde D. Marcelino Contreras.

Alcalá del Río, 28 de marzo 2017"

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