La Rinconada
Al comenzar la década de los sesenta, la organización del PCE llegará a la localidad de de La Rinconada por el compromiso de Juan Haro Reyes (Los Corrales, 1941). Vivía en la Vereda de los Solares, donde entró a formar parte del PCE en los años cincuenta. José García Mallén lo animó a organizar el partido en el pueblo. Desde 1964, cuando se casó con Dolores Alba, vecina de La Rinconada, residió en La Rinconada. Su actividad hizo que pronto pudiese contar con un grupo de rinconeros y formar las primeras células del partido.
El primero en participar organizadamente en las actividades antifranquistas fue Antonio Castillo Guijo, que, influenciado también por Florindo García, ingresó en las Juventudes Comunistas. Más tarde, hacia 1966, Manuel Ávila Sánchez se incorpora a las filas de las JJCC, y otros muchos jóvenes: Andrés Serrano Agudo, José Calero Robles (Jeseíllo Bal-domero), Juan y Rafael Gutiérez Plaza, Manuel Serrano Pozo, José A. Ariza Aranda, José Guijo, Fernando Serrano Hurtado, etc. Las JJCC llegaron a contar con más cuarenta jóve-nes afiliados. Algunos de ellos (Manuel Ávila y Fernando Serrano) militarán pos-teriormente, en los años setenta, en el PSOE. Según Manuel Ávila, algunas reuniones clandestinas las hacían en el Canal de los Presos, a la altura de El Toril, y en el paseo, que se hacía entre las dos plazas de La Rinconada, servía a los jóvenes para intercambiar información unos con otros. Participaban en los 1º de Mayo en Sevilla y en las huelgas o acciones reivindicativas que se hacían en el campo. La participación masiva en la manifestación ante el Cuartel de la G. Civil en septiembre de 1968, repercutió negativa-mente en el proceso de organización del PCE en La Rinconada. Fueron muchos los que tuvieron que ir a declarar al cuartel en días posteriores y el miedo a ser detenidos les fue alejando de las Juventudes. Sólo quedó un pequeño núcleo comunista.
En 1972, trabajando en FASA, ingresa en el PCE Manuel Fernández Caballero, que, además de participar con CC.OO. en la lucha sindical en su empresa, reforzará la organización comunista en el pueblo, junto a los hermanos Luque Ortega (Juan Pedro y Eduardo) y Francisco Cantero Castilla.
En 1973 se incorpora a la actividad antifranquista del PCE Mercedes del Río López, la Gallega, la cual antes de establecerse en La Rinconada había vivido en París (Francia) y en Alcalá del Río. Su abuelo había sido fusilado en 1938 en Orense. En 1975 lo hará Ra-fael García Perza (conocido por Rafael Pineda) a petición del partido, al que per-tenecía desde 1966, cuando comenzó trabajar ISA. Otros militantes, de los mismos años, fueron Antonio Claramunt Núñez, que se dedicó al desarrollo organizativo de las CC.OO. del Campo en La Rinconada, y Pedro Simón Ridao.
Brenes
Las detenciones y condenas a destacados militantes comunistas de Brenes en 1960 dejó la organización de la lucha antifranquista en horas bajas. Ese mismo año se tuvo que hacer cargo de la organización Antonio Moreno Mellado, Martillo, que era uno de los más jóvenes (nació en 1939), pero se marchó pronto a Francia. Le sustituyó Antonio Piedra Magro, el Barquero, que había estado solo una semana en la cárcel. Con ellos continuarán José Gaona Sánchez, los hermanos Emilio, Ramón y José Algaba Alfonseca. Al comienzo de la década, se les unirá Francisco Canelo Ruiz, que había nacido en 1933 y era traba-jador del campo desde los siete años de edad.
En 1963 Antonio Piedra decidió emigrar a Alemania. Se estableció en localidad cercana a Munich y después en Oberkirch. Volvió a Brenes en 1968, aunque antes, en París, influyó para que Rosalino Daza Jiménez (Brenes, 1946), que estaba en la capital francesa des-de 1965, decidiera su ingreso en el partido. Antonio ha vivido siempre en Brenes, sin dejar la actividad política, hasta su muerte en 2022. También, José Gaona, en 1961, se trasladará a trabajar al Cortijo Villalba, en la Estación de Cantillana, estando allí con su familia hasta 1973. José Gaona, que continuará militando a su vuelta a Brenes, falleció en octubre de 2005. En 1962, José Algaba Alfonseca marchará a Düsseldorf, donde estará 30 años. Allí participó en las acciones antifraquistas. A su vuelta, en 1992, continuará vinculado al PCE.
Fue un periodo poco activo, con pocos militantes. El cambio de signo llegó en 1963 al volver los que estaban en la Prisión P. de Cáceres: Manuel Algaba Alfonseca, Francisco Noa Márquez y Antonio Martínez Marcos. Francisco Noa se retiró de la actividad política, falleciendo el 14 de septiembre de 1973. Antonio Márquez continuó en el PCE, en segunda fila, hasta su muerte el 16 de noviembre de 1997. Manuel Algaba mantendrá la actividad política, con la sabiduría y la autoridad que le caracterizaba, reconocidas por todos, colaborando muy activamente en la reconstrucción de la organización comunista brenera, que adquirirá una gran importancia en los años sesenta y setenta. Querido y ad-mirado por sus compañeros, casi toda su familia ha seguido sus pasos. Falleció el 25 de febrero de 2002. El Ayuntamiento, en reconocimiento a los valores y la entrega generosa de los tres y por su aportación a la lucha por la libertad, la democracia y la justicia social, les ha dedicado sendas calles en Brenes. Además, tanto Antonio Márquez como Manuel Algaba fueron otros de los que completaron la travesía desde la Guerra Civil y las cár-celes franquistas a la libertad conquistada tras la muerte de Franco.
En 1963, tras una corta estancia en Francia, se integra Juan Rodríguez Rodríguez (Fuente Palmera-Córdoba, 1935) en el PCE de Brenes, aunque antes de irse ya había tenido contactos con Antonio Piedra y había colaborado con el partido en la recogida de dinero para ayuda a los presos. Poco a poco lo harán también: Alejandro Jareño Quiñonero (Peal del Becerro-Jaén, 1929-Brenes, 2009), José María Martín Villazán (Ahillones-Badajoz, 1921-Brenes, 2003), Rafael Larriba Salas, Manuel Millán Parrilla, Juan Atero Afán de Rivera (Alcalá la Real-Jaén, 1929-Brenes, 1995), Manuel Rodríguez Rodríguez (Fue-nte Palmera, 1929), Alonso Vargas López, fallecido en 1984 y Francisco Coto Vera, fa-llecido en 1991. Un militante comunista muy especial, durante los años sesenta, fue Rafael Martínez Rodríguez, conocido como Ho Chi Ming o Maroto. Desde muy joven (nació en 1942) se integró en el PCE. Iba y venía de Francia e introducía propaganda del partido para ser impresa en Madrid. Estuvo en esa tarea hasta 1974.
Será a partir de 1963 cuando los jóvenes organizarán las JJCC. En esa tarea entrarán Emilio Algaba Gaona y José Algaba Noa, a los 15 y 16 años de edad, respectivamente, y Antonio Magro Perea. A ellos se unieron, en 1965, Francisco Magro Ortiz (Paquito el Barquero), José Gaona Algaba, que vivía en el Cortijo Villalba con su familia, y Carlos Montero Bejarano, que jugó un importante papel al incorporar a muchos jóvenes a las Juventudes. Entre 1966 y 1969, pero sobre todo a partir de 1968 al volver Rosalino Daza definitivamente de Francia, formarán parte de las JJCC de Brenes: Carmelo Toledano Marchena, Antonio Magro Perea, José Prieto Noa, Manuel Algaba Noa, los hermanos Manuel y Francisco Espinosa Durán (Kiko), Manuel Guerra Lobo, José Manuel Algaba Gaona (fallecido en 1990, a los 40 años de edad), Antonio Magro Ortiz, José Rincón Rodríguez, Alejandro Jareño Sánchez, José Canelo Ruiz (fallecido en 2004 a los 46 años de edad), Juan Miguel Haro Paredes, Pedro Vargas López (Sevilla, 1946-Brenes, 2002) y otros muchos. La organización llegó a ser numerosa, de tal forma que, cuando volvió Antonio Piedra Magro de Alemania en 1968, Rosalino le preparó un encuentro con jóvenes breneros que se realizó en Mesa Redonda (Villaverde del Río). A ese encuentro asistieron unos cien jóvenes, a los que Antonio pudo dirigirse animándolos a seguir en la lucha contra la dictadura franquista. Fue un día memorable, que él recuerda muy grata-mente.
Al igual que ocurrió en otros pueblos, algunos jóvenes que estudiaban en Sevilla entraron en las JJCC en sus centros de enseñanza. Este fue el caso de Manuel Gaona Algaba, hijo de José Gaona Sánchez, que ingresó en las Juventudes en la Escuela Industrial en el curso 1967/68, cuando tenía 18 años. A ella había llegado procedente de la Escuela de FP Ntra. Sra. del Monte de Cazalla de la Sierra. Sus primos Emilio y José Algaba, ya men-cionados, y su hermano José estudiaron en el Centro de Formación Profesional Acelerada de La Línea (Cádiz) en el curso 1967/68 cuando ya hacía tiempo que pertenecían a las JJCC.
En los años sesenta y principios de los setenta, las JJCC contaron con un importante número de jóvenes breneras, de las que cabe destacar a Antonia Algaba Noa, Carolina Magro Perea, Carmen Fornet Plaza, Consuelo y Josefa Pozo García, Mercedes Toledano Marchena y Mercedes Algaba Gaona. En 1970 se integraron Francisco Montero Bejarano, Eduardo García Marchena, y Manuel Morales Fernández, y en 1971 se afiliará Francisco Rosales Martínez, que ya tenía contactos con Rosalino Daza Jiménez, pues formaba parte del Grupo de Investi-gaciones Científicas, del que se afiliaron a las JJCC unos dieciséis de sus veinticinco miembros. La afiliación de Francisco Rosales ocurrió tras el conflicto que protagonizó junto a veinte jóvenes breneros en la empresa exportadora de naranjas, cercana al arroyo Bodegón de las Cañas, en la que trabajaban, y al que me referiré más adelante. Con él se afiliaron otros de los que participaron en el conflicto. Uno de ellos fue Sebastián Gaona, que formará parte, más tarde, del grupo musical Formas. En 1974 se unen a las JJ.CC. José Jiménez Sánchez, pero su antifranquismo se remonta a 1966, sus años de mili, y José Coto Sánchez, cuya su actividad antifranquista es anterior. En 1975 Manuel Molina Ro-dríguez se afilia al PCE, con el que ya colaboraba desde los años sesenta. Es sobrino de Dolores Molina Morón, víctima de la represión en 1936, y Marcelino Contreras Rodrí-guez, que falleció en julio de 2019. Fue alcalde de Brenes durante 12 años.
También en Brenes, como actividad colectiva, consiguieron montar una Caseta de Feria al comienzo de los años setenta. Será, al igual que la de San José, un nuevo espacio de libertad y una forma de salir a la superficie; un lugar de diversión, abierto a todos los vecinos, y una forma de obtener dinero para el partido. Era una forma de solidaridad con todos, especialmente con los que estaban detenidos y con sus familias.
En 1973, sin embargo, se produjo la detención de un grupo de militantes comunistas. En esos momentos las organizaciones del PCE y de CC.OO. estaban bien asentadas y gozaban de la simpatía de la mayoría de los trabajadores y vecinos de Brenes por las luchas mantenidas en el campo, contra el paro y en la localidad por los jóvenes.
Dichas detenciones ocurrieron en marzo de 1973, a consecuencia de un desgraciado incidente familiar de un simpatizante del partido, al que le fue encontrado en su casa un ejemplar de Mundo Obrero, cuando fue registrada por la policía. A partir de ese hecho fueron detenidos José María Martín Villazán, Alejandro Jareño Quiñonero, Rafael Larriba Salas, Alonso Vargas López, Manuel Millán Parrilla, Juan Rodríguez Rodríguez y Antonio Valle Rodríguez, acusados de asociación ilícita. Buscaron a Francisco Magro Ortiz, que a la sazón era responsable comarcal del PCE, pero no lo encontraron, ya que en enero había salido clandestinamente hacia Rumanía para hacer un curso de formación política. An-tonio Valle salió en libertad sin fianza; también salieron en libertad, después de tres días en la cárcel: Juan Rodríguez y Alonso Vargas, pagando una fianza de 50.000 ptas., y Manuel Millán, otra de 25.000, gracias a algunos familiares que pusieron el dinero. Jareño, Larriba y Martín, al no poder pagar las fianzas exigidas, permanecieron en prisión por orden gubernativa durante nueve meses. Recibieron ayuda (ropa y dinero) desde Francia y Alemania, según me confirma Alejandro Jareño Sánchez.
Nada más salir de la cárcel, Juan Rodríguez, presidente de la UTT (Unión de Trabajadores y Técnicos) de Brenes, fue a ver a Francisco Megolla, presidente de la UTT de la Cá-mara Agraria (la COSA), el cual no le echó mucha cuenta y no se comprometió a hacer ninguna gestión a favor de los detenidos. Fue, asimismo, a ver al Delegado Provincial de Trabajo, que tampoco hizo nada. A la vista de lo poco que les importaban los trabajadores encarcelados a estos señores del régimen, dimitió de sus cargos en el Sindicato oficial.
No hubo juicio, pues ya no fueron llamados de nuevo, pero los tres que permanecieron en la cárcel, estuvieron en esa situación hasta diciembre de 1973: “Salieron el día del atentado contra Carrero Blanco”, me dicen en sus compañeros. Las fianzas que pagaron los otros nunca les fueron devueltas. El único que fue juzgado por el TOP fue Francisco Magro Ortiz, que fue detenido cuando volvió de Rumanía. Fue torturado en la comisaría de la Gavidia, pero no obtuvieron información alguna de él. Salió en libertad provisional con una fianza de 50.000 ptas. Prácticamente fue el momento de marcharse de Brenes, pues en febrero de 1974 se casa con Celia Chofre, valenciana, que había conocido en su gira por los países del Este (Rumanía, la URSS y Checoslovaquia). A partir de entonces desarrolló su militancia en el PC y CC.OO. del País Valencià. El 20 de noviembre de 1975, el día de la muerte de Franco, se celebró juicio en Madrid ante el TOP, siendo absuelto de acuerdo con la sentencia 503/1975, pero las 50.000 ptas. no se la devolvieron, según me asegura su hermano Antonio. La sentencia recoge que era natural de Brenes, vecino de Valencia, de 26 años de edad, que estaba “en libertad provisional por esta causa (la 341/1974) por la que nunca estuvo privado de ella”, lo cual era falso. Los hechos se remontaban a “que en el mes de marzo de 1973 las fuerzas del orden localizaron en la localidad de Brenes (Sevilla) actividades de la agrupación Comisiones Obreras, ente tutelado por el denominado Partido Comunista de España”. El Ministerio Fiscal había solicitado la pena de dos años de prisión menor por un delito de asociación ilícita. En el juicio oral retiró la acusación, por lo que fue absuelto de dicho delito.
(Continuará)