miércoles, 5 de marzo de 2025

PRIMERA PARTE: LA NUEVA GENERACIÓN ANTIFRANQUISTA (2F): CANTILLANA

 

Cantillana

El núcleo comunista y antifranquista de Cantillana, formado por Bernardo Muñoz Gon­zález, José Romero Quintana, el Bombo, Francisco Palomo Blanco, Paco Gumersinda, Manuel Duran Gil, Remolino, Antonio Rivero Romero, Rosquete, y Manuel Martínez García, Calentito, continuará en los años sesenta, sin que acusara en sus primeros años un fuerte crecimiento como ocurrió en otras localidades. A ellos se unieron, en los años cen­trales de la década; Ramón Rodríguez Sánchez, el de los Anillos, sobrino de Ramón Rodríguez Caro, asesinado en 1941 en el campo de exterminio nazi de Gusen (Austria); Antonio García Mahindo, Cristino, que en 1964 se afilia al PCE en Alemania, y que estará yendo y viniendo hasta bien entrados los años setenta, dedicándose entonces al movimiento vecinal de Cantillana; Antonio Martín Torres, Musolini, nacido en Villanueva del Ariscal en 1936, y fallecido en 2013; Vicente Rejo Morejón, que nació en 1939 y falleció en 2000; Manuel Sánchez Amores, Canastero, nacido en 1920 y fallecido en 1990, y José Navarro del Cuerpo (Cúllar Vega, 1933), que se establece en Cantillana después de vivir en Corea, cerca de la Estación, desde 1949 y que en 1970 emigrará a Suiza. José Navarro será enlace entre los mayores y los jóvenes comunistas cantillaneros durante un tiempo antes de emigrar. Otros militantes de los años sesenta fueron: Fran-cisco Muñoz González, Antonio Bejarano, Joaquín de la Hera Barrera y Antonio Romero Rivero, primo de Rosquete. Como simpatizantes y colaboradores, que formaban parte de la Sección Social del “Sindicato” desde las elecciones sindicales de 1966, estaban José Blanco Benítez y Custodio Rodríguez Sánchez, junto a Francisco Palomo Blanco, Manuel Durán Gil y José Marroco Carrero, viejo militante comunista, alejado ya de la actividad política clandestina. Otros simpatizantes de esta época fueron Manolo Palomar Oviedo y Antonio Morejón Ortiz, que falleció en 1982, a los 82 años de edad. A partir de 1970 se unen a la lucha antifranquista Antonio Rodríguez Piñero, Juan Salinas y Rufino Vasco, activos miembros del PCE.

La incorporación de jóvenes, la nueva generación, empezará en 1965 con la integración en las JJCC de Antonio Barragán Rodríguez, que se marchó a San Juan Despí (Barcelona) en 1970; Antonio Pérez Burgos, Rana, también emigró a Barcelona, donde falleció a los dos años de llegar; Rafael Burgos Lozano, Coca, que murió en 2005, a los 56 años de edad, y Antonio Sánchez Amores, Canastero (hijo), fallecido en 1988 en Cantillana. Antonio Barragán fue animado a participar en la lucha antifranquista y en el PCE por Manuel Sánchez, el Canastero (padre), organizando con los otros una célula de las JJCC.

En 1968, José Barragán Reina, con 23 años de edad, ingresa en el PCE, animado por Juan José Navarro Escudero, Santiago, que por aquellos años iba con frecuencia a Canti-llana, sirviendo de enlace con el Comité Provincial, al que pertenecía. José se reunía desde 1966 con jóvenes cantillaneros, trabajadores del campo, algunos de los cuales se integrarán en las JJCC y otros muchos durante tres años asistirán a una escuela nocturna en los locales del Convento, que funcionó hasta 1969. Con anterioridad, había hecho un largo recorrido, estando aún en el Seminario Diocesano, pues su inquietud social y política se remonta al verano de 1963, así como sus contactos con jóvenes universitarios antifranquistas y comunistas y su conocimiento de la realidad obrera en el campo.

En la escuela nocturna colaboró su hermano Ramón (el que suscribe este trabajo), por ser maestro, que, además participó en reuniones con miembros del PCE y las JJCC, sin estar afiliado, organizó el Movimiento Junior de 1965 a 1969 y la JARC, por poco tiempo. Otro colaborador de la escuela fue Francisco Pérez Naran-jo, que se afilió al PCE poste-riormente.

José, desde octubre de 1969, al sentir cercana su detención con motivo de las moviliza-ciones obreras de ese año en Cantillana, residirá en Málaga hasta 1974, donde continuó estudiando Ciencias Económicas, tuvo que hacer el servicio militar en El Ferrol entre 1971 y 1972, puesto que le negaron la renovación de la prorroga por estudios, y en la Uni-versidad de Málaga potenció la organización de los estudiantes contra la dictadura.

Entre los jóvenes que se integraron a partir de 1968 en las JJCC cabe destacar a Bernar­do Tirado Pérez, que ya pertenecía a dicha organización con anterioridad; Manuel Durán Rodríguez, Zapato, que fue captado por Bernardo Muñoz; Francisco Núñez Ruiz (Cu-rrillo);1 Manuel Salguero Núñez, Carpo; Juan Carmona Maldonado, el Gitano. También lo hicieron Antonio Campos, José García Alonso (El Viso, 1950), que vivía en la Huerta Alta desde mediados de los 60 con su familia, procedente de Mairena del Alcor, donde ha fallecido en 2023, y un largo etcétera.

Francisco Moreno Palomo, Paquirri, entró en 1969 en las JJCC de Sevilla, donde estaba estudiando Bachillerato. Participó activamente tanto en las Juventudes como en CC.OO. de Cantillana. Después de las movilizaciones obreras de 1969, centró su actividad en Se-villa, cuando entró a trabajar en CASA.

En el verano de 1968, un grupo de jóvenes crean el Club Naeva, que tuvo su sede en el Salón Zamora de la calle Las Veredas. Para legalizarlo tuvieron que acercarse a la Parro-quia, logrando la participación del cura-párroco de Cantillana. A pesar de ello, los guar-dias civiles, en más de una ocasión, quisieron cerrarles el local y tenían que mandar las notificaciones de reuniones por si querían ir. Su primer presidente fue Joaquín Tirado Pueyo, su padre había sido presidente de la JJ.SS. y en 1940 fue condenado a 12 años de prisión, pero pronto obtuvo libertad condicional o vigilada; el secretario, Antonio Vizoso Regalo, y el tesorero, Bernardo Tirado Pérez. La principal finalidad era el baile, aunque también desarrollaron otras actividades culturales y deportivas. Gran parte de la juventud obrera del pueblo perteneció al nuevo club, así como los jóvenes que formaron las JJCC Allí tenían un lugar donde verse y reunirse. Cuando los promotores tuvieron que hacer la mili en 1972, el club decayó hasta prácticamente desaparecer.

La organización comunista cantillanera, algo mermada por la ausencia de algunos mili­tantes (en la emigración, estudiando o trabajando fuera), recibió, además, un duro golpe en 1970, del que se repuso a duras penas varios años después. El 11 de agosto, José Ro­mero Quintana, Ramón Rodríguez Sánchez, Bernardo Muñoz González y Francisco Palomo Blanco, fueron detenidos. El primero en caer fue José Romero, casado con Teresa Sánchez Salguero y con cuatro hijos (José Manuel, Victoriano, José y Antonio). Tal como hacía con bastante frecuencia, salió de su casa la madrugada del día 11 para repartir la propaganda del PCE por los tajos y lugares donde se reunían trabajadores, seguido de su hijo Victoriano de 11 años de edad, en sendos burros. Esta vez no tuvo suerte. La Guardia Civil, a las cinco de la mañana, descubrió los papeles tirados junto al Puente del Viar; siguieron el rastro y lo alcanzaron cerca del Arroyo Hondo, “llevaba ocultos entre la carga de las acémilas varios rollos de Mundo Obrero y de La Voz del Campo Andaluz”, se dice en la sentencia, de acuerdo con el informe de la Guardia Civil. Allí mismo y delante de su hijo le dieron la primera paliza. Al niño le ordenaron que volviera a su casa con los animales. Volvió, pero pudo informar a su madre y hermanos, que empezaron a des-hacerse del material clandestino que estaba escondido en su casa. Sin embargo, en el re gistro realizado los guardias encontraron más material de propaganda del partido.2 Llevado a la Casa Cuartel de Cantillana, recibió otras palizas, que con toda seguridad fue-ron ya determinantes para su salud. Trasladado a Lora del Río, continuaron las torturas “hasta mas no poder”, según el relato de Paco Gumersinda. El mismo día 11, fueron detenidos los otros tres, que serían también trasladados a Lora del Río, donde los so-metieron a los “habituales” interrogatorios y les presentaron a José Romero.“Verlo, estre-mecía; parecía un Cristo”. Fue entonces cuando admitieron la pertenencia al PCE y a CC.OO. Les abrieron la causa 886/1970, en el que añadieron, por considerarlo “enlace e instructor del PCE de la célula cantillanera”, a Eduardo Saborido Galán, natural y vecino de Sevilla, de 32 años de edad, casado, declarado en rebeldía desde el 17 de mayo de 1971 por ignorarse su paradero.

El 17 de agosto quedaron el libertad provisional a la espera del juicio. Paco Gumersinda fue cesado como concejal del Ayuntamiento, cargo al que había accedido el 5 de febrero de 1967, cuando fue elegido por el tercio sindical. José Romero ya no pudo reponerse de las palizas recibida. Le habían destrozado el hígado, lo cual será la causa de su muerte en 1973. En el juicio ante el TOP, en Madrid, y en su sentencia no se dice nada de la situa-ción personal de José Romero, ni nada de todos los malos tratos recibidos y de las con-secuencias para su salud.

En el juicio, el 21 de febrero de 1972, según consta en la sentencia 47/1972 del TOP, les acusaron de sendos delitos de propaganda ilegal y asociación ilícita (formar una célula del PCE, “ente que aspira a la trastocación por la fuerza de la vigente estructura estatal hispana”), sin embargo sólo José Romero Quintana fue condenado por propaganda ilegal a la pena de 1 año de prisión menor y 10.000 ptas. de multa o 30 días de arresto en caso de impago, siendo los demás absueltos de este “delito”. Todos, incluido José Romero, fue-ron condenados a 9 meses y 1 día de prisión mayor por el delito de asociación ilícita. El total de condena para José Romero fue de 1 año, 9 meses y 1 día, y 10.000 ptas. de multa. Eduardo Saborido fue condenado a 6 meses y 1 día de arresto mayor por el mismo delito. Posteriormente, el 20 de abril de 1972, fueron indultados por el TOP “de la mitad, con un mínimo de seis meses, de la pena privativa de libertad de nueve meses que les fue im-puesta”. Solo tuvieron que estar en la cárcel unos tres meses, que, por expresa petición del Alcalde de Cantillana, Jesús Pérez Pueyo, cumplieron en la cárcel del pueblo, del 21 de noviembre de 1972 al 11 de febrero de 1973. José Romero Quintana no la pudo cumplir en su totalidad: fue ingresado en la Residencia sanitaria “García Morato” (Virgen del Rocio) de Sevilla. Con el hígado destrozado, y después de dos años de padecimientos, intentaron operarlo, pero lo tuvieron que sacar de la sala de operaciones. Falleció en una cama del citado hospital el 8 de enero de 1973, a los 52 años de edad, y fue enterrado en el cementerio de Sevilla. A su entierro asistieron algunos camaradas de la comarca donde vivió y luchó por la libertad. Si en 1970, su hijo mayor José Manuel había emigrado a Barcelona, obligado por la guardia civil, y en 1971 se había ido también su segundo hijo, Victoriano, en septiembre de 1973, ocho meses después de su muerte, se marchó el resto de la familia: su mujer, suegra e hijos menores. No podían soportar sentir más el des-pre-cio y oír amenazas.

En este juicio y en su sentencia no tuvieron en cuenta que Eduardo Saborido no tenía nada que ver con Cantillana, como quedó demostrado en la sentencia 418/1973, de 31 de octubre, dictada por el TOP, que rectifica la sentencia de 1972 y lo declara absuelto de aquel delito (ABC Sevilla, 23/11/1973, p. 54). La abogada defensora fue Cristina Almeida y actuaron de testigo los cantillaneros condenados en 1972, excepto José Romero, ya fa-llecido. Se daba la circunstancia añadida que ya estaba en marcha la causa 1001/72 contra los dirigentes de CC.OO., uno de los cuales era el propio Eduardo Saborido.

El final del desgraciado suceso de las detenciones y sus consecuencias, la vuelta de al­gunos que estaban en Alemania (Manuel Martínez, Calentito, y Antonio García, Cristino) y la reincorporación de José Barragán, crean de nuevo mejores condiciones para el desa­rrollo organizativo en los años finales de la dictadura del PCE, las CC.OO. y el movimiento vecinal que comienza a organizase.

En 1974. año en el que comienza la nueva etapa, se incorporan al PCE: Francisco Pérez Naranjo, que será el primer presidente de la Asociación de Vecinos, y Francisco Jiménez Navarro, el Retra, que había vivido en Corea hasta los 9 años, cuando sus padres se tras­ladaron al pueblo. Francisco recuerda de modo muy especial la entrega de carnés que tuvo lugar en Arroyo Hondo. Otros, que hacía tiempo que estaban participando en CC.OO., se integrarán en el partido algo más tarde. José Domínguez Colorado, Pestiño, comenzó en Barcelona a participar en CC.OO. y continuó a su vuelta a Cantillana en 1969, partici-pando en la lucha obrera en el campo y animando a otros a participar y exigir sus dere­chos laborales, pero no se integró en el PCE hasta 1975, el mismo año que lo hizo Anto­nio González Lozano, Roca. Miguel Corro González (El Cherif) estuvo en Alemania en-tre 1971 y 1977 y a su vuelta se afilió al PCE, cuando ya era legal, formando parte de la dirección local y comarcal de CC.OO.. José Ballesta Lora, a su vuelta de Alemania en 1975, donde se unió a las acciones antifranquistas, participó en las CC.OO. del Campo antes de afiliarse al PCE.

 1. Sus tíos Francisco y Antonio Ruiz Romero huyeron de Cantillana el 30 de julio de 1936, pero no volvieron más. Son dos víctimas más del franquismo.

2. En concreto, según aparece en la sentencia: 43 ejemplares de MO, 24 de La Voz del Campo Andaluz, 9 folletos de “Cuadernos de formación política”, 2 ejemplares de Horizonte y 52 hojas informativas. 

 

AUTOR: 
Ramón Barragán Reina
LIBRO: 
ANTIFRANQUISMO Y LUCHA OBRERA EN LA VEGA MEDIA DEL GUADALQUIVIR 1960-1975 (2024), páginas 22 a 25

(Continuará)

 

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